La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, viajará el 1 de febrero a Haití, donde las prioridades a tratar con su colega Michel Martelly serán la creciente migración de haitianos a Brasil y la disminución de tropas de este país en la isla.
La agenda fue dada a conocer ayer por el canciller brasileño, Antonio Patriota, quien aseguró que el tema migratorio será el principal punto
de análisis entre Rousseff y Martelly, según reportó la estatal agencia
de noticias Brasil.
Hace dos semanas, el gobierno brasileño puso en vigencia restricciones
para el ingreso de haitianos con el fin de frenar la ola migratoria de
los habitantes de la isla caribeña que escapan de la miseria en su
nación y eligen a Brasil como uno de los principales destinos.
La resolución establece el otorgamiento de 200 mil visas anuales de
trabajo para los haitianos, con lo que el gobierno de Brasilia espera
frenar el ingreso irregular, que en los últimos meses llegó a unos 4
mil.
La medida está provocando problemas humanitarios en la zona fronteriza
en Perú, donde hasta ayer había 250 haitianos refugiados del lado
peruano, impedidos de ingresar a Brasil.
Patriota indicó que otros de los temas a analizar por los mandatarios
será la reducción de las tropas brasileñas que forman parte de la Misión
de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), que
Brasil comanda desde su creación en 2004.
El canciller explicó que la disminución del número de efectivos
brasileños, que actualmente es de 2.200, apunta a que el país
sudamericano concentre sus acciones humanitarias en la isla en
infraestructura y desarrollo económico, como la construcción de una
hidroelécrica, escuelas y hospitales.
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