El ejercicio físico moderado es una actividad que se recomienda ampliamente en la prevención de las enfermedades cardiovasculares, pero su impacto sobre la salud cuando es realizado en forma intensa y sostenida en el tiempo se encuentra actualmente en revisión.
Télam, por el Dr. Carlos E. Ballesteros
El ejercicio de resistencia intenso que practican atletas de élite como los de maratón, triatlón o ciclismo alpino podría provocar cambios en el corazón, incrementando el riesgo de padecer enfermedad cardíaca, advierten especialistas.
Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Melbourne (Australia) revela que la práctica deportiva intensa, a largo plazo, puede provocar daños en el ventrículo derecho del corazón, una de sus cuatro cavidades, encargada de recibir la sangre no oxigenada que procede de la aurícula derecha para impulsarla fuera del órgano mediante la arteria pulmonar.
La investigación, publicada en la última edición del “European Heart Journal”, se suma a otro ensayo sobre el tema divulgado en la revista “Circulation” -de la American Heart Association- y realizado por especialistas del Hospital Clinic de Barcelona (España) con investigadores del Instituto del Corazón de Montreal (Canadá).
Ese estudio advirtió que en ratones el ejercicio de resistencia provocaba alteraciones en la estructura cardíaca y creaba un sustrato favorable al desarrollo de arritmias.
El equipo australiano, encabezado por el médico belga André La Gerche, examinó a cuarenta deportistas de elite de Australia que iban a participar en uno de los cuatro eventos locales de deporte de resistencia como la maratón, el ciclismo alpino, el triatlón y el ultra triatlón que implica natación, bicicleta y carrera.
Todos esos deportistas cumplían una rutina de diez horas semanales de entrenamiento, con buenos resultados en otras competencias, no tenían factores de riesgo cardíacos ni mostraron alteraciones durante las ecocardiografías que se les practicaron.
Los científicos analizaron a los atletas durante las dos y tres semanas previas, inmediatamente después de la carrera y entre los seis y once días posteriores, cuando practicaban un entrenamiento mínimo. En las tres etapas les realizaron una resonancia nuclear magnética, análisis de sangre y una ecocardiografía.
Los datos revelaron a modo de conclusión que después del evento deportivo el corazón había cambiado de forma, tenía mayor volumen y presentaba disminuida la función del ventrículo derecho.
Los autores consignaron que los niveles sanguíneos del péptido natriurético tipo B, secretado por el estiramiento excesivo del músculo cardíaco, estaban aumentados.
Aunque comprobaron que la función ventricular se recuperó en la mayoría de los atletas una semana después de la competición, en los cinco que llevaban más tiempo entrenando y compitiendo la resonancia magnética detectó signos de fibrosis cardíaca.
La Gerche dijo que "no se puede afirmar que el ejercicio intenso sea malo o poco saludable. Sin embargo, los hallazgos de la investigación sugieren que algunos atletas pueden haber nacido con una susceptibilidad mayor a sufrir daños cardíacos impulsados por la práctica permanente y sostenida en el tiempo de deportes de resistencia".
"Avanzamos un paso, ahora sabemos que el deporte intenso eleva el riesgo de algunas arritmias, lo que aún desconocemos son los mecanismos por el que se incrementa dicho riesgo, aunque advertimos que el ventrículo derecho está sumamente involucrado y que, por el contrario, el izquierdo no sufre ninguna alteración", señaló el profesional.
Ahora es necesario "entender los cambios que se producen a corto plazo en ese ventrículo y estudiar las conexiones potenciales que existen entre esa transformación y el incremento de probabilidad de arritmias en los atletas de élite”, dijo La Gerche y no descartó un estudio más profundo sobre los cambios que se producen “a corto plazo” en esa parte del corazón.
El director médico del Hospital Clinic, Josep Brugada señaló que “la obsesión por el deporte puede resultar perjudicial" y apuntó que "no se puede llevar al cuerpo al límite”.
Brugada se mostró de acuerdo con La Gerche en la advertencia a los deportistas de estar alertas ante cualquier síntoma cardiaco.
El corazón de los atletas de elite ha sido un tema ampliamente estudiado y las actuales evidencias hacen que los expertos sugieran incrementar los controles y el seguimiento para detectar precozmente el riesgo y prevenir la enfermedad. (Télam)
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