La población de Yapacaní velaba el jueves a sus muertos en medio de una frágil paz, horas después que una poblada quemara las dependencias de la Policía y que 700 efectivos de ésta se replegaran a la ciudad de Santa Cruz luego que, tras varios días de porfía, el alcalde David Carvajal, nudo gordiano de un conflicto político de envergadura, renunciara irrevocablemente a su mandato.
En medio de dolor evidente en esta ciudad, a 100 km de Santa Cruz, los cuerpos de Abel Rocha, Maicol Sosa y Eliseo Rojas, muertos en confusas circunstancias mientras la población se enfrentaba la víspera a la Policía, eran velados en la ciudad, en medio de rumores de la existencia de un cuarto deceso.
Tras una noche turbulenta, en que una poblada arremetió
contra la Policía en represalia por la represión que dejó entre la tarde
y noche del miércoles dos muertos (Rocha y Sosa), a causa de impactos
de perdigones, la calma se posaba tímidamente en Yapacaní que también
deploraba la muerte de Rojas que pereció electrocutado cuando trataba de
tomar una motocicleta, según versiones extraoficiales, de su propiedad,
dentro de un recinto policial.
El repliegue de la Policía, instruido desde La Paz, contribuyó a
calmar los ánimos exaltados tras 3 días de tensiones y choques entre
civiles y uniformados.
El dirigente de las Comunidades Interculturales de Yapacaní,
Constantino Mamani, confirmó en Santa Cruz que, por el momento, "volvió
la calma" a este municipio, presa de un interregno y, en apariencia,
desguarnecida sin fuerza pública que lo respalde.
"En este momento los compañeros, Abel Rocha y Maicol Sosa son
velados en el coliseo de Yapacaní. Hasta las primeras horas de la mañana
de este jueves, se estaba recaudando plata para comprar los cajones
para dar sepultura a nuestros compañeros caídos" dijo Mamani.
Por otra parte la cabeza del Comité Interinstitucional de
Movilizaciones de Yapacaní, Cirilo Sonavi, dijo que la entidad se
encuentra en un cuarto intermedio mientras se vela y entierra a los dos
jóvenes caídos en los enfrentamientos con la Policía.
"Una vez enterrados nuestros compañeros, veremos qué determinaciones
tomaremos, ante el atropello que se hizo en contra el pueblo de
Yapacaní. Las bases piden la renuncia del ministro de Gobierno, Wilfredo
Chávez", informó a la ABI vía teléfono.
Sonavi reportó que hasta la madrugada de este jueves se registraron
83 personas heridas de diversa consideración, que reciben asistencia en
nosocomios y policlínicas de Montero y Yapacaní.
Mientras, otro tanto de detenidos presta declaraciones y audiencias cautelares en el municipio de Montero.
Por otra parte en la terminal de buses de Santa Cruz, se
normalizaban las salidas de transporte interdepartamental rumbo a la
ciudad de Cochabamba por la carretera nueva, que fue cerrada desde el
domingo por manifestantes contrarios al ex alcalde Carvajal.
En La Paz, el ministro Chávez formuló votos por la pacificación del municipio de Yapacaní.
"La Policía salió de la zona, no hay con quién enfrentarse, el
alcalde está fuera y asimismo debería instalarse un clima de paz en la
zona", instó.
Por vía de Chávez, el gobierno de Evo Morales deslindó responsabilidades en los luctuosos hechos de Yapacaní.
La autoridad insistió en aclarar que el Gobierno no emitió ninguna
orden para que se utilicen armas letales, únicamente elementos
disuasivos en manos de los efectivos del orden.
El Gobierno demandará y colaborará en una investigación que dé con
los responsables de las muertes y de la violencia, anunció Chávez.
Sugerimos, dijo, que sea una comisión de fiscales la que se haga cargo de la indagación.
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