Al menos 6 personas murieron ayer en el sudeste de Brasil, lo que elevó a 19 el total de víctimas en lo que va de enero, mientras se estima que 20 quedaron atrapadas bajo los escombros de casas derrumbadas por las lluvias, tema tratado ayer por la presidenta, Dilma Rousseff, en reunión con ministros.
Un deslave afectó 8 viviendas en la localidad de Sapucaia, noroeste de Rio, y los bomberos ya retiraron 3 cuerpos sin vida al tiempo que se estiman que puede haber entre 12 y 20 personas atrapadas.
La presidenta Rousseff analizó hoy la situación en los
estados del sudeste, especialmente Rio y Minas Gerais, y ordenó
al pago anticipado de la Bolsa Familia, subsidio estatal
entregado a la población pobre.
Otro deslizamiento, también ocurrido en Sapucaia, mató a una
persona y las autoridades informaron que el clima no mejorará en
las próximas horas.
"Llovió la noche entera, no para de llover, esto causó un
grave deslizamiento, y va a causar otros, la situación es
crítica", dijo Marco Antonio Teixeira, de Defensa Civil de esa
localidad ubicada a unos 150 kilómetros de la ciudad de Rio.
Las lluvias que castigan ese estado desde comienzos de enero
causaron al menos 7 muertos según los medios locales, y ya hay
cerca de 26.000 evacuados.
"Evitar muertes es la prioridad número uno del
gobierno... estamos trabajando de forma integrada con los
estados y municipios para la prevención, el socorro de las
víctimas y la reconstrucción", declaró la jefa de gabinete,
Gleisi Hoffmann, tras la reunión encabezada por Rousseff.
A través de sus colaboradores la mandataria expresó su solidaridad y condolencia con los deudos de las víctimas.
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