La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, determinó ayer que los batallones de ingenieros del Ejército entren en acción en la urgencia por los desastres causados por las lluvias, inundaciones y deslizamientos de tierra en gran parte del país.
Lo informó el ministro de Defensa, Celso Amorim, luego de reunirse durante dos horas con Rousseff, con quien trató la cuestión de la infraestructura afectada por las lluvias.
"Hablamos sobre lo que estamos haciendo en Rio de Janeiro y
Minas Gerais, siempre a pedido de las autoridades civiles",
explicó Amorim.
La situación crítica por inundaciones se registra en 53
municipios del estado de Minas Gerais y en el norte de Rio de
Janeiro, ambos en la región sudeste del país, la más afectada
todos los veranos por las lluvias.
En la ciudad de Governador Valadares, un matrimonio murió por
un alud que arrastró la casa en la que vivían, en un barrio de
colinas.
Por otra parte, continuaba la tensión en Campos, municipio
petrolero del norte de Rio de Janeiro, donde unas 4.000 personas
fueron evacuadas luego de que un dique se rompiera y atravesara
una de las principales carreteras.
La situación era de tensión porque unos 500 vecinos no
querían salir de sus casas por temor a saqueos ante la previsión
de que el fin de semana la inundación llegará a los 3 metros de
altura.
Las autoridades cortaron el suministro de energía eléctrica para alentar a los vecinos a ir hacia los centros de evacuados.
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