A horas de la llegada los Reyes Magos adultos, jóvenes y niños de Tucumán hacen algún comentario sobre los nombres más famosos de este tiempo. No es para menos la ilusión de recibir un regalo es de todos no solo de los más chiquitos. Como siempre los juguetes picaron en punta a la hora de los pedidos, pero los últimos aparatos tecnológicos no se quedan atrás. Rezagados están las vestimentas y los calzados
Bolsas con autos, camiones, celulares, muñecas van de la mano de madres, padres, abuelos, tías y tios que orgulloso caminan por el centro tucumano. Algunas bici rosadas y negras son observadas por los taxistas que pide un adicional a la tarifa por llevarlas en sus autos . Nadie discute, todos suben callados.
Por supuesto que cualquier esfuerzo en pos de las alegrías infantiles es lo de menos y los bolsillos quedan flaquitos luego de esta hermosa celebración.
“Tuve que sacar un préstamo para que mis nietas tuvieran sus regalos de Reyes”, dice resignada y contenta Rosalia, jubilada de 71 años que camina cansinamente por la peatonal Muñecas. “A veces me enojo con mi marido porque se endeuda mucho, pero cuando veo las caritas de mis hijos se me pasa aunque estemos todo el año pagando las cuotas de la tarjeta”, señala María Eugenia, docente de 36 años que camina cargada de paquetes en busca de un taxi. “ Después de las fiestas quedo en la lona porque hay dos cumpleaños en la casa, pero quiero que mis hijas sigan con la ilusión intacta de los Reyes Magos, a pesar de lo caro que me salió el trámite de buscarlos”, enfatiza con una sonrisa Raúl (42) empleado público.
Con una gorra cubriéndoles sus pequeñas cabecitas, Josefina (2) y Helena (3) caminan aferradas de la mano de su tía que presurosa observa vidrieras de las jugueterías. “Cocina quiero yo”, dice Helena, mientras que Josefina apenas balbucea “muñeca” en respuestas a la tradicional pregunta: ¿Què le pediste a los Reyes".
Este 6 de Enero, será un día de fiesta donde los Reyes y Reinas de las casas tendrán su mandato por algunas horas. Hay que obedecerles y no contrariarlos sino no habrá dulces besos para los “súbditos” padres, que con lo poco o lo mucho que tienen buscaron afanosamente a Melchor, Gaspar y Baltazar que desde mañana descansaran hasta el próximo año.
Daniel A. Villalba
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