El abogado de dos familias damnificadas por las pruebas realizadas por el laboratorio Glaxo, Bernardo José Herrera, culpó ayer a los médicos, enfermeros y asistentes sociales que colaboraron en las pruebas de vacunas experimentales en bebés por la muerte de 14 de ellos.
Cobraban por cada uno que vacunaban", denunció Herrera, representante ante la Justicia de dos familias de Santiago del Estero, al referirse a los profesionales que habrían colaborado con el laboratorio británico en la aplicación de las vacunas.
"Esta empresa (Glaxo) se dedicaba de una forma comercial a vacunar a los menores. Era una red que llevaba a cabo todo este mecanismo", disparó el abogado frente a las cámaras de televisión.
"Engañaban a los padres y se llevaban a los chicos diciéndoles que había que ponerles una vacuna, pero no les avisaban en qué consistía esa vacuna", remarcó el letrado.
En relación al caso de la familia Medina, una de sus clientes, Herrera relató que el bebé recibió la medicación en el momento que sufría neumonía, provocándole graves complicaciones en su salud.
Para el abogado, el número de casos de familias damnificadas sería superior al conocido actualmente, ya que "hay casos de bebés que murieron por la aplicación de la vacuna y no fueron denunciados".
Glaxo, tercer laboratorio del mundo, recibió una multa por haber cometido irregularidades al buscar el consentimiento de los padres de al menos 14 bebés que fallecieron tras haber sido sometidos a la prueba de una vacuna experimental.
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