Se lo llama "knitting" y es el boom europeo. La idea es tejer mientras se disfruta de una buena charla entre amigos en el bar. Sus seguidores afirman que es más adictivos que un sudoku.
"Llevo haciendo esto toda la vida. Me enseñó mi abuela siendo una niña. Pero lo hacía a escondidas, porque me daba un poco de vergüenza. Ahora ya no hay nada que ocultar". Las palabras de Marta, una joven de 25 años de Madrid, suenan a auténtica salida del armario. Hoy se siente orgullosa de su pasión por lo que antiguamente se conocía como 2las labores". Y es que hacer punto ha ido ganando popularidad hasta convertirse en una tendencia imparable que arrasa en todo el planeta. Hasta celebrities como Cameron Diaz o Hillary Swank se han rendido a sus encantos. Ya es un hecho: la calceta es cool.
Paradójicamente, lo que algunos consideran un anacronismo o una mera pasión por lo kitsch ha encontrado en las nuevas tecnologías su principal aliado. Durante los últimos años, Internet ha sido el catalizador y principal punto de encuentro de aficionados de todas las edades: vídeos explicativos en YouTube, blogs especializados, tiendas online... todo un universo virtual dedicado al arte de bordar, coser y tejer nuestras propias prendas.
Quizá ese componente do it yourself sea uno de los
principales atractivos del knitting. En un mundo en el que cruzarse por
la calle con alguien que luce la misma prenda que uno es más fácil que
nunca, la posibilidad de desmarcarse con un diseño propio resulta, para
muchos, enormemente seductora. Si a eso se le añade el placer de haberlo
confeccionado con nuestras propias manos, la satisfacción es doble.
Los
adeptos al punto, sin embargo, aseguran que su mayor virtud es su
capacidad relajante. Frente al estrés del ordenador, la quietud de los
ovillos. "Hay quien dice, incluso, que es el nuevo yoga", cuenta, medio
en broma medio en serio, Alberto Bravo. Sabe de lo que habla: junto a su
amiga Pepita Marín ha montado la empresa We Are Knitters, especializada
en este mundillo, con la que vende kits de punto por Internet y
organiza las llamadas Knitting Parties: quedadas para que los no
iniciados aprendan a desenvolverse con las agujas y, sobre todo, para
conocer gente y pasar un buen rato.
Mejor en compañía
Ese
marcado componente social es otra de las claves del éxito del punto
como tendencia. Marta, Blanca, Belén y Lucía se conocieron gracias a
Alberto, y ahora quedan cada quince días para, en torno a una taza de
café, una cerveza o un gin-tonic, charlar, confeccionar sus abrigadas
prendas y compartir patrones. "La mayoría son chicas –reconoce Blanca–,
pero cuando viene un chico, enseguida se pica y se pone a ello". "Es más
adictivo que un sudoku: haces una línea y ya no puedes parar. Y le
pillas el truco rápidamente", cuenta Belén.
En los tiempos que
corren, el bolsillo es un factor a tener en cuenta. Un kit completo
(agujas, lana y patrón) se puede comprar a partir de 47 euros. Pero una
vez se tienen agujas, basta con adquirir ovillos por unos 18 euros. "Si
te has hecho, por ejemplo, un gorro que le gusta a un amigo, solo
necesitas otro ovillo para tener el regalo perfecto", cuenta Blanca. Y
no, no pica. Los ovillos que utilizan Belén y sus amigas son de una lana
100% difícil de encontrar en grandes superficies.
Los más
incrédulos podrán pensar que la fiebre por el punto no es más que una
moda pasajera, pero sus adeptos sostienen todo lo contrario: "Esto nunca
pasará de moda", sentencia Blanca. Lo sea o no, una cosa está clara:
nuestras abuelas sabían lo que se hacían.
Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia...
Aunque
cualquier lugar es idóneo para sentarse a hacer punto, cada vez más
bares, restaurantes y cafeterías españolas albergan quedadas periódicas
de knitting: en Valencia, la cafetería Canguro Verde organiza sesiones
de knit and fun; en Bilbao, el Coffe Break es un punto de encuentro para
aficionados; en Barcelona se reúnen puntualmente en locales como
Llanàrium o La Dolça Bakery; y en Madrid, los preferidos son el Círculo
de Bellas Artes o la cafetería Lo Siguiente.
"Es barato y relaja"
Alberto
Bravo dirige, con su amiga María José Marín, una empresa que se dedica a
la venta online de material para hacer punto, We Are Knitters. Además,
organizan quedadas en las que imparten talleres.
Fuente 20 minutos
Todos los derechos reservados Copyright 2007
Terminos y usos del sitio
Directorio Web de Argentina
Secciones
Portada del diario | Ediciones Anteriores | Deportes | Economia | Opinion|Policiales
Contactos
Publicidad en el diario | Redacción | Cartas al director| Staff