El movimiento estudiantil de Chile criticó ayer al ministro de Educación, Felipe Bulnes, quien en su cuenta pública valoró la postura del gobierno de no transar ante las demandas que en 2011 movilizaron a más de un millón de personas que reclamaron educación gratuita y de calidad.
Bulnes aseguró que el gobierno supo enfrentar las movilizaciones "con coraje y con visión" y sin "caer en la tentación fácil de monopolizar todos los esfuerzos y recursos en los sectores que son capaces de alzar su voz con mayor fuerza".
Sin embargo, el ministro no eludió la potencia de las
movilizaciones en 2011, que generaron un clima social que no se
vivía desde el retorno a la democracia en 1990, con marchas que
-en su apogeo-, congregaron a más de 100.000 personas cada
semana.
"Es indesmentible no consignar que este año estuvo
fuertemente marcado por la movilización, el debate, por las
marchas y que fueron apareciendo demandas muy sentidas de temas
muy potentes", afirmó.
También descartó que las movilizaciones estudiantiles hayan
significado una "amenaza" para el gobierno, pese a que durante
este período el mandatario chileno, Sebastián Piñera, alcanzó la
popularidad más baja de un presidente en democracia (28%).
Para el gobierno todo lo que hemos vivido este año, lejos de
ser una amenaza ha sido un desafío y también una oportunidad, y
estoy convencido que los progresos que gestemos durante estos
cuatro años en educación van a ser uno de los grandes legados
del Presidente de la República", afirmó.
Desde la sede de la Federación de Estudiantes de la
Universidad de Chile (FECH), los principales dirigentes
estudiantiles siguieron las declaraciones de Bulnes y lamentaron
la falta de autocrítica y definiciones claras.
La ahora vicepresidenta de la FECH y líder del movimiento
estudiantil, Camila Vallejo, afirmó que la cuenta pública de
Bulnes "se transforma en la más clara evidencia de que este
gobierno este año ha dado pasos en la dirección de modernizar y
perfeccionar el Estado subsidiario en el sistema privado, Estado
subsidiario de la demanda, y no ha dado pasos, aunque sea
pequeños, en dirección hacia un Estado garante del derecho a la
educación".
La dirigente añadió que esto, "obviamente nos genera una
preocupación", pero al mismo tiempo "nos plantea nuevos desafíos
para poder abrir nuevamente el conflicto de la educación el
próximo año con mayor grado de transversalidad y unidad que lo
que se generó este año".
Los estudiantes aseguraron que el conflicto "está completamente abierto" y que en 2012 las movilizaciones seguirán hasta que no se resuelvan las reformas estructurales que solicitan.
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