En una vieja y pequeña casa de Buenos Aires, en noviembre de 1947 comenzó la historia de la Fundación Instituto Leloir (FIL), una organización sin fines de lucro que originalmente se llamó “Instituto de Investigaciones Bioquímicas Fundación Campomar (IIB-FC)”. En el día de la inauguración el entonces futuro Premio Nobel de Química (lo recibiría recién en 1970), el doctor Luis Federico Leloir, dijo: “….comienza sus actividades en un local pequeño y provisorio, pero esperamos que sean grandes su labor y su futuro”.
Poco más de seis décadas después, la FIL cuenta con 25 grupos de investigación -integradas por cerca de 200 científicos- que se dedican a la investigación en Biología Celular y Molecular en campos tan diversos como las neurociencias, el cáncer, la enfermedad de Alzheimer, la terapia génica, la adaptación a hipoxia, los relojes biológicos, el Dengue y la Brucelosis, entre otras líneas de investigación. Varios de los trabajos científicos generados en esos laboratorios son publicados en revistas científicas de alto impacto comoNature, Science, Proceedings of the National Academy of Sciences, Cell, Plant Cell, Annual Review of Biochemistry, Cancer Cell, Genes and Development, PLoS Biology y Cell Stem Cell, entre otras.
En los últimos años se crearon en la FIL unidades de apoyo a los laboratorios ya existentes que agregan conocimiento técnico y metodológico a las líneas de trabajo en curso. Se puso en marcha la unidad de Bioinformática donde se incorporaron dos nuevos grupos en las áreas de biología estructural y genómica y a fines del año pasado se inauguró un Servicio de Resonancia Magnética Nuclear Bioestructural con la inversión de más de un millón de dólares en equipos y laboratorio. Este equipo de alta tecnología no sólo permite visualizar la estructura tridimensional de proteínas, sino que también sirve para estudiar esas moléculas mientras ejercen su función.
Esta nueva tecnología tiene diferentes aplicaciones, entre ellas, una mejor comprensión de las bases moleculares de diferentes enfermedades y el diseño de fármacos. La inauguración es fruto de un esfuerzo público y privado de gran envergadura en el que participaron el Estado Nacional a través del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, la Fundación Bunge y Born y el Instituto Leloir. Asimismo se creó recientemente un moderno Servicio de Imágenes, con varios microscopios confocales de última generación.
Estos progresos se ven acompañados con el crecimiento en la infraestructura edilicia, ya que la FIL inauguró este año un nuevo edificio (construido como el edificio principal con generosos aportes de la sociedad) aumentando el 40 por ciento la superficie de los laboratorios y las aulas del Instituto.
Vinculación tecnológica
Uno de los objetivos principales de la Fundación Instituto Leloir es producir ciencia de excelencia vinculada a la sociedad. “El instituto se dedica a la investigación y a la formación de recursos humanos en Bioquímica y en Biología Celular y Molecular. En este proceso nuestro propósito es transferir el conocimiento generado a la sociedad”, destaca el doctor Luis Ielpi, director de la Fundación Instituto Leloir y jefe del laboratorio de Genética Bacteriana de esa fundación. Y agrega: “Las líneas de investigación de la FIL se dedican a enfermedades infecciosas y vacunas, a enfermedades del sistema nervioso, a cáncer y a otras patologías. Asimismo hay varios grupos dedicados a la generación de conocimiento en el área de biología y genética de plantas. Estos proyectos producen conocimientos originales que pueden ser la base de desarrollos tecnológicos con capacidad de generar un impacto directo en el área agroindustrial y farmacéutico, en la medicina, y en la industria biotecnológica, entre otros campos.”
Para concretar esos objetivos de innovación científica y tecnológica, la Fundación Instituto Leloir celebró en 2006 un convenio de representación exclusiva con Inis Biotech, que actúa como unidad de vinculación tecnológica, e impulsa la creación de empresas, el licenciamiento de patentes y el desarrollo biotecnológico a partir de los avances científicos logrados en los laboratorios del Instituto. El objetivo es convertir los resultados de investigación en innovaciones útiles a la sociedad y paralelamente reinvertir lo obtenido en ese proceso en nuevas investigaciones, entre otros objetivos.
“En sus 5 años de existencia hemos alcanzado metas importantes, entre las que se cuentan la consecución de más de 5 acuerdos de asesoría científica con empresas farmacéuticas nacionales e internacionales y la gestión eficiente del portafolio de patentes de la FIL. Hasta 2006 existían sólo 2 patentes presentadas y gestionadas por FIL. A la fecha el portafolio de patentes de FIL incluye ocho patentes, cinco de las cuales se encuentran licenciadas y una en proceso de licenciamiento”, destaca la doctora en ciencias biológicas de la Universidad de Buenos Aires y master of business administration (MBA) de la Universidad de San Andrés, Mariana Berenstein, quien se desempeñó como Gerente General de Inis Biotech hasta noviembre de 2011. En la actualidad ocupa este cargo el doctor Santiago Sanguinetti.
Entre las invenciones protegidas mediante una patente se tienen una construcción genética capaz de censar especies reactivas del oxígeno (radicales libres) presentes en diferentes patologías como el cáncer y enfermedades autoinmunes, un vector oncolítico capaz de replicar y eliminar melanomas y tumores de ovario establecidos en ratones y un método para identificar genes envueltos en procesos neurodegenerativos.
Asimismo en su breve período de existencia Inis Biotech ha gestionado más de 15 acuerdos de servicio, colaboración e investigación con empresas locales y multinacionales, además de conformar seis Start Ups y dos más en formación. “Por otra parte, quisiera destacar otra iniciativa vinculada con la apertura del CeDeBio, centro de desarrollo e incubadora de emprendimientos Biotecnológicos. Actualmente se están incubando 3 proyectos de base Biotecnológica –Inmunova, Gentron y Genocan- y existen 2 proyectos más en desarrollo para su incorporación”, subraya Berenstein.
Inmunova surgió a partir de los desarrollos sobre proteínas e ingeniería de anticuerpos generados en el Laboratorio de Inmunología Molecular y Estructural de la FIL dirigido por el doctor Fernando Goldbaum. A pesar de su breve trayectoria, ya cuenta con un fuerte pipeline basado en desarrollos patentados y desarrolla una plataforma patentada para el diseño de vacunas.
Gentron es otro proyecto de vinculación genética de la Fundación Instituto Leloir. Es una empresa de biotecnología que realiza investigación básica y que entre otras técnicas emplea tecnología de última generación como microarrays o microarreglos de ADN para medir la actividad de miles de genes a la vez. “A pesar de las grandes sumas de dinero y esfuerzos realizados en el campo científico, el cáncer continúa siendo una enfermedad mortal. En Gentron sentimos la necesidad de cambiar de paradigma. Queremos abordar la enfermedad desde el principio. En este sentido creemos que nuestro blanco debe ser el Sistema Nervioso Central. A través del estudio de los cambios de la actividad genética a nivel del Sistema Nervioso Central, seremos capaces de detectar la aparición del cáncer antes del desarrollo de los síntomas clínicos”, señala el doctor Osvaldo Podhajcer, director de proyectos científicos de GENTRON y del laboratorio de Terapia Molecular y Celular de la FIL. Y agregó: “El objetivo es crear herramientas que permitan detectar en forma temprana distintos tipos de cáncer con el propósito de implementar terapias en forma oportuna. Basándonos en evidencia científica que surgió en diferentes estudios que hemos realizado en tres modelos de cáncer en animales de laboratorio (pulmón, colon y mama) hemos establecido que el cerebro ‘sensa’ la presencia de células tumorales en la periferia. A partir de este conocimiento, el objetivo es desarrollar kits de diagnóstico precoz que permitan identificar la presencia de masas tumorales en forma temprana para que la terapia sea más efectiva”, destaca el doctor Podhajcer.
Genocan (Genómica del Cáncer), nace a través de un proyecto financiado por la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN), cuyo principal objetivo es la obtención de Microchips Biológicos desarrollados a través de tecnologías proteómicas y genómicas, para su uso en diagnóstico, pronóstico y conducta terapéutica en cáncer de mama humano.
Alianzas con el sector público y privado
Inis Biotech presta apoyo a la FIL e investigadores en la búsqueda de financiamiento público y privado para desarrollo de proyectos científicos, tecnológicos y empresariales y para mejoras de infraestructura física y tecnológica para actividades de transferencia. La participación en programas de transferencia o desarrollos para el sector productivo, ha logrado para la FIL, la concreción eficiente de más de 8 millones de pesos argentinos (cerca de 1.85 millones de dólares estadounidenses) que provienen de programas de financiamiento de la Agencia de Promoción Científica y Tecnológica, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación y la Fundación Argentina de Nanotecnología.
Otra de las tareas relevantes de Inis Biotech está vinculada con su pertenencia al consorcio público privado –Consorcio de Investigación en Células Madre- creado en el marco del Programa de Áreas estratégicas (PAE) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación y de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica para realizar investigación de alto nivel en células madre con una estrategia de sinergia, intra e interinstitucional. En este consorcio, Inis Biotech es el responsable administrativo y de vinculación con el sector inversor-empresarial.
El sector público apoya a la vinculación tecnológica mediante políticas que fomentan la incorporación de la ciencia y la tecnología al desarrollo económico y social del país, afirma Berenstein. Y agrega: “De la misma manera, establece lineamientos con fondos e instrumentos de financiación que promueven las actividades científico-tecnológicas y los desarrollos innovadores. Es importante señalar que el sector publico con estas iniciativas, intenta crear una cultura basada en el conocimiento, que protege la propiedad intelectual, licencia las invenciones producidas y constituye empresas de base tecnológica, entre otras políticas, con el fin de hacer realidad la innovación productiva. En un contexto como el de nuestro país, en donde no existe aún suficiente capital de riesgo para invertir en proyectos innovadores, y un sector productivo con una masa crítica incipientemente creciente hacia el cambio tecnológico, es el sector público quien hoy apoya e invierte en mayor medida en el financiamiento de desarrollo de nuevas tecnologías, y se transforma en un socio prioritario.”
El sector privado (inversores y empresas productivas), es por su parte quien absorbe todo este esfuerzo realizado por las instituciones de ciencia y tecnología, asumiendo (o compartiendo con el público) el riesgo tecnológico y financiero de llevar un desarrollo, servicio o producto innovador al mercado. “Aunque este riesgo es en parte compartido por instituciones y sector público, la efectiva transferencia de la innovación a la sociedad depende de la voluntad de este sector de asociarse y buscar alternativas que aporten a mejoras sociales y rentabilidades del negocio”, resalta Berenstein quien a fines de año pasado recibió –así como también Inis Biotech- un premio de la sexta edición del Concurso Nacional de Innovaciones, INNOVAR, iniciativa del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación. Berenstein ha sido premiada por su labor como vinculadora tecnológica, e Inis Biotech fue distinguido como centro de transferencia de tecnología.
“En resumen, la vinculación tecnológica es quien teje las alianzas entre los sectores y ayuda a establecer un dialogo común entre los interlocutores, es el medio por el que se busca establecer áreas prioritarias y de apoyo desde el sector público y atraer al sector privado y a las empresas para invertir en la ciencia desarrollada por las universidades y los institutos de investigación”, subraya la doctora Berenstein.
Por su parte el doctor Ielpi, director de la FIL, concluye: “El crecimiento de nuestro instituto ha sido posible gracias al esfuerzo de donantes privados y al impulso que ha recibido la ciencia del país en estos últimos años a través del apoyo del Estado, sobre todo a partir del año 2007, año en que fue creado el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación. En pocos años hemos logrado varios avances relacionados con diferentes proyectos de vinculación tecnológica. Siguiendo esta línea apuntamos a generar en las próximas décadas un volumen significativo de innovaciones científicas que se conviertan en aplicaciones útiles para la sociedad.”
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