Primera argentina en alcanzar los primeros planos del tenis mundial, Mary Terán disputó 1.100 encuentros internacionales de los que triunfó en 832. Época fue considerada una de las mejores 20 tenistas del mundo. Simpatizante peronista, a partir de la dictadura de la “Revolución Libertadora” fue perseguida por sus ideas políticas, se le prohibió toda participación deportiva en el país y debió refugiarse en el extranjero. VIDEO
Por Luz Azcona
En diciembre de 1980, la revista Mundo Amateur publicaba una entrevista a quien fuera más de medio siglo antes de que Nalbandian y del Potro aprendieran a andar sin rueditas, la figura argentina en las canchas de red baja: María Luisa Terán. Allí, la legendaria tenista relegada al olvido decía de sí misma: “Confiada en mi fuerza moral más que en mi fuerza física, obtuve triunfos que muchos espectadores creían imposibles”. Y luego: “En mi opinión el mejor jugador es quien ha logrado la suprema armonía de cuerpo y alma”.
Esta deportista iluminada nació en Rosario un 29 de enero de 1918. Su papá, encargado del buffet del Rowing Club, alentó a sus hijos a ejercitarse desde chicos. A los siete, Mary maniobraba su raqueta con destreza y era buena nadadora. A los quince cruzó a nado el río Paraná y era timonel de un equipo de remeros.
Por esa época, el entonces instructor del equipo argentino de la Copa Davis descubrió su juego y, tras consultar a sus padres, empezó a entrenarla. Bajo su tutela, Mary representó a la provincia de Santa Fe en torneos nacionales y se instaló en Buenos Aires, jugando primero para el Adrogué Tennis Club y luego pare el Lawn Tennis de la ciudad.
En 1940, viajando a un certamen cordobés conoció a Heraldo Weiss, campeón argentino y capitán del equipo de la Copa Davis. Tres años después, cuando se casaron, además de causar sensación con su “culote” de encaje e innovar con su atuendo sugerente la pacata indumentaria tenística femenina, Mary Terán era la jugadora más destacada de la época y se había posicionado como número uno del país, posición que mantuvo durante cinco temporadas.
Mujer en un terreno masculino y jugadora exitosa en un medio competitivo y elitista, Mary Terán disputó 1.100 torneos y ganó 832 de ellos. Fue catalogada por el France Dimanche como una de las veinte mejores jugadoras del mundo (de hecho, a la única tenista que no pudo vencer fue a la estadounidense Althea Gibson), y su nivel de juego la consagró como embajadora argentina en el ámbito del deporte internacional.
El declive de su trayectoria personal comenzó cuando había conquistado la cima de su carrera deportiva. Junto a su marido, tras destacar en los Juegos Panamericanos de 1951, se incorporan al peronismo y contraen el compromiso de popularizar el tenis, reservado a una minoría privilegiada.
Al año siguiente Haroldo Weiss muere a causa de una enfermedad fulminante, entonces Mary asume como asesora deportiva y corren rumores, luego desmentidos, que la vinculan con Juan Perón.
Cuando el general es derrocado, Mary, que jugaba las finales del Abierto de Alemania, padece la persecución de las nuevas autoridades antidemocráticas que intentan coaccionar a la Federación Internacional para que le impida continuar, incautan sus bienes y comienzan a investigarla. Entonces se exilia en España, pero a pesar de que sigue conquistando los courts los titulares del país no le prestan atención.
En 1959, regresa con Frondizi en el poder y River Plate la recibe, pero sus oponentes le hacen un vacío implacable. No se presentan a los torneos y la acusan públicamente de haber infamado el tenis. Para no perjudicar al club, Mary deja de jugar. No obstante, no se desvincula de la realidad deportiva y en 1980 sale en defensa de Guillermo Vilas y recolecta firmas en apoyo al tenista, evitando que lo excluyan de la Copa Davis durante la dictadura.
Pero oficialmente permanece marginada y opta por recluirse y cuidar a su mamá enferma. Un año después de que ésta muere, el sábado 8 de diciembre de 1984 se tira al vacío desde un séptimo piso. Tenía 66 años y era una mujer hermosa, pero según sus allegados se sentía traicionada y deprimida. Actualmente, redimiendo el injusto olvido al que fue condenada las canchas del Complejo General Manuel Belgrano llevan el nombre de Mary Terán.(Télam)
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