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AMPLIARProtesta de vendedores ambulantes en las afueras de la FET

Ambulantes, una práctica cultural

El problema de los vendedores ambulantes en el microcentro es común en todas las ciudades argentinas. La noticia se repite en Buenos Aires Salta, Jujuy o Córdoba. Ayer en la FET, funcionarios públicos y referentes de las fuerzas de seguridad acordaron medidas para poner un límite al comercio ilegal en la zona del microcentro. En Mendoza y Junín se realizaron cortes.

Que los vendedores ambulantes no pagan impuestos y participan de forma desleal al no cumplir con todas las reglas del juego que impone el mercado, no es nuevo. Que los comerciantes del microcentro tucumano están ganando cada vez más, debido al boom comercial de los últimos años tampoco. Que la cantidad de “puestos” en las veredas y peatonales son tan molestas como las mesas y sillas de los bares, también es una realidad. 

La edición 2011 comenzó durante la mañana de ayer, cuando empresarios, funcionarios públicos y referentes de las fuerzas de seguridad acordaron medidas para poner un límite al comercio ilegal en la zona del microcentro. "El municipio pidió más apoyo policial para realizar las medidas; hubo entendimiento y los tendrán, por medio del Ministerio de Seguridad Ciudadana", informó el vicepresidente de la Federación Económica de Tucumán (FET), Oscar Blasco, al finalizar el cónclave que se realizó a puertas cerradas. 

"Se trata de liberar las calles para fin de año y de que el impacto que ocurre todos los años no sea más grave. Entendemos que estas acciones entre el municipio y el ministerio darán sus frutos", señaló.

Blasco negó que haya miembros de esa entidad que sean proveedores del comercio ilegal, tal como lo denunciaron públicamente los ambulantes. "No defendemos ni representamos a comerciantes que estén en la ilegalidad. No sabemos si hay comerciantes que les venden; lo que sí sabemos es que hay lugares donde se estaciona mercadería que luego es vendida a esta gente; la Justicia lo está investigando", dijo.

De la reunión, que se realizó en la sede de la FET, en San Martín al 400, también participaron el secretario general de esa entidad, Juan Rodríguez y el dirigente de la rama Comercio, Carlos Córdoba. También estuvieron el titular de la Dirección de Tránsito del municipio, Carlos Soto; la funcionaria María Cruz Cascón, de la Policía Federal; Raúl Fioretti, de la Cámara de Comerciantes del microcentro de esta capital, y el fiscal federal Gustavo Gómez. 

Los trabajadores afiliados al Sindicato de Vendedores Ambulantes, como siempre se  movilizaron en las esquinas de Maipú y Mendoza, y Maipú y Córdoba. En ambos lugares cortaron el paso de vehículos a la espera del resultado de la reunión que se realizaba en la FET.

“Si nos quieren sacar del centro lo convertiremos en un caos", expresó el dirigente Luis Campos y se quejó de que no fueron convocados a la reunión con los empresarios.

Una práctica cultural 

El problema de los vendedores ambulantes en el microcentro es común en todas las ciudades, sobre todo en las capitales de las provincias argentinas. La noticia generada en Tucumán no es muy diferente a la que se leen en los diarios porteños, pero no hace falta irse tan lejos, lo mismo ocurre en Salta, Jujuy o Córdoba. En todos los casos, con maticies similares, el conflicto existe y los participantes son los mismos: ambulantes, comerciantes y Estado. 

Hilando un poco más fino, viajemos a países latinoamericanos como Bolivia, Perú, Brasil o México y los vendedores ambulantes ilegales están en los respectivos microcentros de las capitales de sus ciudades, con su competencia ilegal. 

Y de la misma manera que en Tucumán, los inspectores coimean, los comerciantes se quejan y el Estado, junto con la Justicia, dictan medidas parra erradicar un problema que quizás no lo sea. Muchas veces lo caótico de transitar por las metrópolis, no es otra cosa que una inevitable consecuencia de una gris modernidad latinoamericana, cada vez más vertiginosa, violenta y hermosa. 

Mayor control al que actualmente existe no resolverá nada. Menos, tampoco. Los peatones solo deambulan, los comercios venden y los ambulantes también. 

Sebastián Ganzburg