La economía brasileña se estancó en el tercer trimestre de 2010 y no tuvo crecimiento, con la industria y el sector servicios golpeados por la crisis europea y la desaceleración forzada de la demanda interna a inicios del año.
Por eso, el gobierno redujo a 3,2% la expectativa de crecimiento para 2011, debajo del 4,5% con el que había iniciado el año.
El Instituto de Geografía y Estadística (IBGE) informó hoy
que el Producto Interno Bruto (PIB) del tercer trimestre de 2011
tuvo 'crecimiento cero', pero comparado con el mismo período de
2010 el avance fue de 2,1%.
Para el ministro de Economía, Guido Mantega, la situación es
"pasajera" pero aclaró que con el estancamiento del tercer
trimestre "ya no alcanza para crecer 3,8% en 2011".
Mantega redujo a 3,2% la estimación del PIB para 2011 pero
sostuvo que continúa proyectando un crecimiento de entre 4% y 5%
para 2012.
El resultado es el peor para un trimestre de 2009, cuando
Brasil tuvo retroceso económico a raíz de otra crisis de impacto
mundial, la del sistema hipotecario de Estados Unidos.
Los peores desempeños del tercer trimestre de 2011 fueron los
sectores de industria, que cayó 0,9%, y servicios, que perdió
0,3%.
La actividad agropecuaria lideró la economía, con avance del
3,2% en el tercer trimestre.
Mantega y el IBGE coincidieron en que atentaron contra el
crecimiento la suba de la tasa de interés para controlar la
inflación en el primer semestre -situación que fue revertida en
el segundo- y las medidas de restricción del crédito de los
últimos meses del gobierno de Luiz Lula da Silva, a fines de
2010.
El período de julio a setiembre sin crecimiento había sido
advertido por el gobierno, que la semana pasada lanzó una serie
de estímulos con reducción de impuestos para las industrias en
productos de electrodomésticos y el regreso de los créditos a
largo plazo para la compra de automóviles.
Las exportaciones y el consumo de las familias fueron las que
sustentaron un crecimiento cero y no negativo, explicó Rebeca
Palis, gerente de Coordinación de Cuentas nacionales del IBGE.
Para el ministro Mantega, "la situación está bajo control,
a diferencia de otros países cuyo crecimiento cae por falta de
mercado".
Mantega descartó que haya sido un error "haber pisado el
freno" a inicios de este año, con un ajuste fiscal de 30 mil
millones de dólares. "Lo que fue inesperado fue el agravamiento
de la crisis de Europa, un factor que no teníamos y eso afecta
las expectativas", afirmó el ministro.
El gobierno flexibilizará con el correr de las semanas medidas tributarias y de acceso al consumo, conforme las necesidades de crecimiento.
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