La Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo, para constituir la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), se desarrollará en Caracas (Venezuela) entre viernes y sábado. La conforman 33 países de la región, donde no están incluidos, ni Estados Unidos, ni Canadá.
Esto, desde ya, constituye una primera definición política; que no debe analizarse como un evento aislado, sino en el marco del proceso de integración regional que se está viviendo. Irrumpe así una nueva institucionalidad, como en su momento fue la Unasur; producto de una coherencia y una evidente decisión de los gobiernos por ir cristalizándola.
El otro elemento es el contexto internacional en el que este evento se desarrolla; donde paradigmas o sistemas como la Unión Europea, su moneda el euro, y sus acuerdos financieros están totalmente en crisis; con el agravante que las soluciones propuestas por organismos como el FMI, preanuncian el agravamiento de los conflictos y una mayor inequidad social.
El sistema capitalista arrastra una debacle que no es solo financiera, sino estructural, cultural y social.
Frente a esto, un conjunto de países latinoamericanos plantea un salto de calidad en las características de sus relaciones y en la toma de decisiones sobre temas que les son prioritarios.
La originalidad de esta nueva iniciativa es que no pretende expresarse como un simple planteo de unidad formal; sino que lo hace con la idea de construir una agenda de temas que, decididamente, rearman el mapa de la complementariedad entre estados y pueblos.
Seguramente estarán en debate ejes tales como el combate a la pobreza, un acuerdo para el respeto al sistema democrático y la vigencia de los derechos humanos, alternativas económicas y financieras frente a las consecuencias de la crisis, entre otros; pero atravesados por el rico entramado cultural y la experiencia organizativa y de lucha, que en muchos casos lleva decenas de años y de herramientas sociales de una riquísima diversidad y características.
La integración se está produciendo fundamentalmente desde la política, pero abordando con intensidad temas prácticos. La constitucion del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa de la Unasur es un ejemplo de ello, ya que nuestros paises, que simpre manejaron en las hipótesis de conflicto de sus FFAA, la guerra con el vecino, y ahora trabajan para articular un plan de defensa común para defender los recursos naturales de la región.
Otro ejemplo es la aprobación que se producirá en la próxima reunion de la Unasur de los Ejes de Integración y Desarrollo que tiene como objetivo facilitar el acceso a zonas de alto potencial productivo que se encuentran aisladas por falta de provisión de servicios basicos de infraestructuraª Ya hay 500 proyectos con una inversión estimada de 100 mil millones de dólares La región mira a la región, sin desconocer las diferencias y las distintas miradas que existen sobre muchas problemáticas, pero con la profunda convicción que la búsqueda de consensos y el debate entre pares; ha logrado consolidar la democracia en la región, reafirmado el protagonismo y la participación social.
Resulta claro, entonces, que la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños es un dato cualitativo que modifica el escenario continental e interroga sobre la vigencia y eficacia de otras instancias y estructuras, que frente a los hechos concretos, no han dado respuestas acorde a las expectativas de las amplias mayorías populares.(Télam) *Embajador, Representante Especial para la Integración y la Participación Social de la Cancillería.
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