Varios heridos de bala y algunos contusos resultaron de un choque entre manifestantes y policías en el interior del departamento Cajamarca, en el norte de Perú, donde se cumplió la sexta jornada consecutiva de protesta antiminera sin que se materializará el diálogo que todas las partes aseguran propugnar.
El enfrentamiento se produjo ayer en la mañana en las inmediaciones de Laguna Cortada, uno de los cuatro asentamientos del cuestionado proyecto de extracción de oro Conga -que cuenta con el respaldo del gobierno-, a unas seis horas de Cajamarca, la capital de la provincia, el departamento y la región homónimos.
Fue el episodio de mayor violencia desde que se inició la protesta el
jueves pasado, con una huelga general que se interrumpió parcialmente
durante el fin de semana pero sin que cesaran las movilizaciones
callejeras y los bloqueos de accesos viales a la capital, y que se
repuso ayer lunes, en algunos casos voluntariamente y en otros, por la
fuerza.
La cantidad de heridos seguía sin poder precisarse esta tarde, ya que variaba según las distintas fuentes consultadas.
El director regional de Salud de Cajamarca, Reynaldo Núñez, afirmó que
seis personas fueron hospitalizadas por heridas de bala, de los cuales
dos estaban “un poco más complicados”, y que otras dos habían sido
“auxiliadas ahí mismo” porque “presentaban magulladuras que no fueron de
gran consideración”.
Sin embargo, más tarde, el ministro del Interior, Oscar Valdés, señaló
que los baleados eran sólo tres, todos ellos manifestantes que
recibieron disparos de perdigones.
En tanto, la agencia noticiosa estatal Andina sostenía que el herido de
bala era un solo y se trataba de un efectivo policial, al que identificó
como el suboficial de primera Rafael Gallardo.
Por otra parte, el diario La República, cercano al gobierno del
presidente Ollanta Humala, se hizo eco de versiones que mencionaban “de
20 heridos a más”.
El mismo periódico afirmó que la ciudad de Cajamarca estaba hoy
“aislada” y que entrar o salir de ella era “imposible”, con actividad
comercial “mínima” y escasez de combustible y otros productos de consumo
masivo.
Según su cronista, “los precios se han elevado” a consecuencia de la
escasez y en la vecina Celendín -otra de las sedes del proyecto minero-
“hay colecta diaria de víveres y frazadas para los comuneros que
soportan las inclemencias del clima a 4.000 metros de altura”.
Valdés aseguró la policía logró desbloquear esta madrugada “las vías
hacia la carretera a Chiclayo”, para que “pasaran combustible y víveres a
Cajamarca”, pero la radio Frecuencia Latina y el diario El Comercio
reportaron que las rutas permanecieron abiertas sólo una hora y media,
hasta que los manifestantes volvieron a obstaculizarlas.
Mientras seguía demorándose la concreción del diálogo entre el gobierno
central y los líderes de la protesta -entre los que se incluyen
dirigentes cívicos, alcaldes provinciales y municipales y hasta el
presidente regional de Cajamarca, el maoísta Gregorio Santos-, la
mayoría de los manifestantes mantenía su postura de exigir la presencia
de Humala.
“Queremos decirle al presidente Ollanta que vamos a seguir en la lucha y
que esperamos que llegue a Cajamarca para declarar la inviabilidad del
proyecto Conga”, advirtió el presidente del Frente de Defensa por los
Intereses de Cajamarca, Idelso Hernández.
Ante la eventual radicalización de la protesta, a la que fueron
sumándose de a poco localidades vecinas y a la que podrían unirse mañana
los departamentos Tumbes, Piura, Lambayeque y La Libertad, varias
figuras prominentes del oficialismo nacional pidieron calma y llamaron
al diálogo.
Así lo hicieron, entre otros, el presidente del Consejo de Ministros
(jefe del gabinete), Salomón Lerner Ghitis; el ministro del Interior,
Valdés; el presidente del Congreso unicameral, Daniel Abugattás, y hasta
la influyente primera dama, Nadine Heredia.
También se manifestaron a favor del diálogo el gobernador departamental y
el alcalde provincial de Cajamarca, Ever Hernández y Ramiro Bardales,
respectivamente, así como la Conferencia Episcopal Peruana, que en un
comunicado reclamó “darle un rostro humano a la minería, como pide el
santo padre Benedicto XVI”.
Sin embargo, Lerner volvió a informar, igual que lo había hecho ayer,
que aún no estaba resuelto quién encabezará la misión del Ejecutivo a
Cajamarca, si Humala o él.
Mientras tanto, la Defensoría del Pueblo envió a la zona del conflicto a
uno de los defensores adjuntos, Rolando Luque, para que intentara
“mediar y encontrar un espacio de diálogo frente a las protestas”,
anunció Andina, pero sin que hasta esta tarde se hubieran reportado
resultados de esa gestión.
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