La conferencia de partes de ONU sobre cambio climático se inició ayer en Durban con la advertencia del presidente sudafricano, Jacob Zuma, de que el calentamiento global es una cuestión "de vida o muerte", en medio de fuertes advertencias sobre la urgencia de recortar las emisiones que causa el aumento de la temperatura del planeta.
"Aquí Nelson Mandela depositó su voto por primera vez el 27 abril de 1994, lanzando una nueva época en este país. Con un buen liderazgo nada es imposible en Durban... y el cambio climático es una cuestión de vida o muerte", afirmó el mandatario al inaugurar la conferencia, que durará 12 días.
Sus afirmaciones se refieren a las dificultades que han tenido los representantes de los 194 países que integran la conferencia de partes de alcanzar un acuerdo global vinculante con metas de reducción de gases de efecto invernadero, dado que el existente, el Protocolo de Kioto, vence a finales de 2012.
Para Zuma, el espíritu multiralteral es el que debe primar en la conferencia y llegar a una segunda parte de compromisos, aunque en las últimas reuniones fueron los países desarrollados, además de las economías en desarrollo grandes las que marcaron el rumbo de las discusiones o las que pusieron las trabas para lograr avances. Resaltó que el cambio climático "ya no es sólo un desafío medioambiental, sino un desafío para el desarrollo".
Además de la imperiosa necesidad de un pacto mundial para frenar el cambio climático, la reunión debe abordar el funcionamiento del Fondo Verde -de financiamiento de 100 mil millones de dólares a 2020 acordado en Copenhague en 2009 y refrendado en Cancún el año pasado- para que los países pobres puedan mitigar y adaptarse al calentamiento. No obstante, esas naciones dijeron que el dinero es insuficiente. Otro de los aspectos pendientes es la transferencia de tecnología a los países menos desarrollados para que puedan afrontar los impactos del calentamiento y para mitigar "reducir emisiones".
En Cancún algunas fuentes diplomáticas denunciaron que el problema radicaba en que los países industrializados buscaban vender y no transferir esas tecnologías. Un tema, también espinoso, es el del mecanismo REDD, que supuestamente son parte de la lucha contra la deforestación y mediante los cuales se otorga una compensación económica a quienes protejan los bosques nativos.
Para algunos ambientalistas, mientras esté bien regulado puede ser una solución, para otros significa la mercantilización de la naturaleza y temen que las comunidades nativas sean desplazadas por personas o grupos que quieran adquirir esos fondos. Al tiempo que los debates continúan, el planeta sufre.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), que reúne a científicos de todo el mundo, advirtió nuevamente, en los últimos días, que habrá un aumento de los fenómenos extremos meteorológicos. En la misma línea de alarmas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) instó a recortar las emisiones y dijo: "de acuerdo a los últimos análisis de OCDE, las emisiones de gases de efecto invernadero se duplicarán en los próximos 40 años".
"Esto resultará en 3-6 grados de aumento del promedio global de la temperatura para fin de siglo a menos que los gobiernos tomen una acción decisiva", aseveró.
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