24/11/2011 - Un día como hoy pero de 1992

Moría el destacado poeta Néstor Perlongher

Poeta y crítico, cultor de una poesía neobarroca, colaborador de Ultimo Reino, Sitio y otras publicaciones, fue autor de “Aguas aéreas”, “Austria-Hungría”, “Parque Lezama”, “Hule” y de varios textos de análisis poético. VIDEO

DESEO, EXTASIS Y REVOLUCIÓN. 

Por Julián Fava 

Nació en Avellaneda la noche del 24 de diciembre de 1949, aunque festejaba su cumpleaños el 29 para no sobreimprimirse con la otra celebración, tan familiar y cristiana. 

Inició su militancia política en el trotskismo. Entre el 69 y el 71 fue estudiante de Letras en la Universidad de Buenos Aires. Su audacia lo llevó a ser delegado estudiantil. Por esos días era el responsable de la autodefensa en las movilizaciones. Se ocupaba de las molotovs, de los palos, de cuidar a sus compañeros de la infantería y de los carros hidrantes.

Ponía el cuerpo, como lo puso hasta sus últimos días de vida. 

La homofobia y la rigidez, propias de la izquierda tradicional lo llevaron a renunciar públicamente al partido. No a la lucha, menos al compromiso. Dejó constancia escrita de que se alejaba por el machismo y la mojigatería de sus camaradas. La revolución social no podía triunfar sin liberar el deseo, sin hacer del cuerpo un lugar de exploración. 

Entonces se unió al incipiente Frente de Liberación Homosexual Argentino y fue, sin dudas, su miembro más destacado. Desde el subgrupo Eros emprendía volanteadas y pegatinas: la ciudad era un campo de batalla y la consigna era invertir los signos de la moral burguesa. 

También fue pionero en articular la lucha homosexual con los movimientos feministas, así unió el FLHA con la UFA (Unión Feministas Argentinas) y con el MFL (Movimiento de Liberación Feminista). La sexualidad dejaba de estar confinada al secreto de la vida privada y pasaba a formar parte de la discusión pública. 

Había que discutir e instruirse. Freud, Lacan, Reich eran algunos de los autores que se leían en sus grupos de estudio. Había que liberar el cuerpo: "ser una marica", era una de sus consignas favoritas. Le gustaba escandalizar. Lo hacía. Más de una vez, cruzó Puente Alsina a la madrugada vestido con un tapado blanco de piel sintética. 

El documento “Sexo y Revolución” y la revista Somos dejaron testimonio de esos años y de esa lucha. 

Después llegaron su detención y enjuiciamiento, en enero de 1976. Era el fin de la actividad de la FLHA. La larga noche de la dictadura y su viaje a Brasil, en 1982, una vez terminada su carrera de Sociología, abren una nueva etapa en su vida. Ahora vinculada a la Universidad de Campinhas, donde fue profesor desde 1985. 

No abandonó nunca sus inflexiones más íntimas: el nomadismo vital y las heterodoxias. Georges Bataille, Deleuze, Guattari y Foucault fueron una referencia constante en su producción intelectual. El flujo del deseo lo llevó a investigar los “prostitutos viriles” del suburbio de San Pablo o las formas religiosas de las comunidades del nordeste amazónico de Brasil. 

Influido por el antropólogo francés Michel Maffesoli, con quien realizó su tesis de doctorado, Perlongher buscaba por entonces la disolución del yo, el éxtasis -tan cercano a la poesía- que disuelve la pobre individualidad y nos reenvía a la comunitaria unidad perdida. 

Dejó una obra inclasificable y numerosa: libros de poemas, prosa poética, ensayos, cartografías del deseo, etnografías plebeyas. 

Creó un estilo propio: el "neobarroso", como le gustaba decir a él. Entre el manierismo del barroco y el barro del suburbio. 

El HIV se lo llevó un 26 de noviembre de 1992. Ya había molestado bastante. (Télam)