Centenares de tucumanos acompañaron a la familia que en todo momento recalcó que queria silencio en memoria de su hijo. Cientos de jóvenes usaron camisetas blancas y negras con la imagen del joven y que daban cuenta del reclamo por su muerte.
La multitudinaria manifestación se inició en Plaza Urquiza. Allí se hicieron presentes integrantes de Pueblo Unido, el Partido Obrero y miembros de la Asociacion de Familiares de Víctimas de la Impunidad. La familia Senneke y sus allegados dejaron en claro que la marcha no era política y hicieron bajar carteles y banderas partidarias.
A casi una semana de que se produjera el crimen que costó la vida de un joven, Ivan Senneke, de 19 años, la sociedad tucumana conmovida, una vez más por este tipo de acontecimiento, acompañó el dolor de la familia que logró, en esta marcha, que el silencio fuera el marco para el dolor y el duelo por la muerte de Ivan. No hubo gritos con consignas, sí pancartas y carteles con escritos que pedían o exigían Justicia, leyes más duras, y encabezando la marcha, sostenida por los parientes de Ivan, hubo un inmenso cartel dirigido directamente al "gobierno de turno", y a aquellos que les quepa "el saco que se lo pongan", para que "nunca más" se repita la historia de asesinatos.
De esta manera, la familia Senneke y la marcha en sí, puso en cuestión, sin estridencias y con mucha contundencia, la política y la estrategia del gobierno provincial, en materia de seguridad.
En declaraciones a la prensa -- especialmente la madre, Silvia Jiménez-- se recalcó que no se señalaba a nadie en particular como responsable del crimen de Ivan, pero que se exigía que se haga justicia. Un inmenso cartel que iba de un cordón a otro de la calle, rezaba: ni olvido ni perdón. Esta consigna también había sido anunciada, en declaraciones radiales, por la hermana de Ivan. Esto pone en claro que la familia no saldrá a pedir cabezas por esta tragedia, pero sí, que cada sector se haga responsable en la parte que le corresponde, sea Gobierno, o Justicia, que se encuentre a los cuatro hombres que participaron en el asesinato de Ivan, sean juzgados y condenados.
La actitud de sobrecogimiento de los espíritus que primó en la marcha y en la posterior concentración al frente de Casa de Gobierno, constrastó con algunos gritos esporádicos que clamaban justicia, o el golpear palmas, que recorrió en dos o tres oportunidades por parte de algunos concurrentes, propios de las marchas políticas, pero que fueron acallados, por el pedido expreso y enérgico, de la madre de Ivan.
Tambien el padre fue categórico, en este sentido. Luego de rezar un Padre Nuestro, frente a las escalinatas de la Casa de Gobierno, un grito de "pena de muerte", surcó el aire, ante lo que el padre de Ivan, respondió: "ésta no es un marcha política...el que quiera hacer política, que se vaya a otro lado". Siguiendo esta misma línea de concepción de reclamo, cuando se terminó la acción del silencioso reclamo y los participantes comenzaron a dispersarse, se pudo ver al padre de Ivan, retirarse acompañado de otra persona, hacia la esquina de San Martín y 25 de Mayo, y que al pasar al lado de los policias que custodiaban la Casa de Gobierno, palmeó el hombro de uno de los agentes, quien mostró su asombrada sorpresa, cuando se dio cuenta que se trataba de Senneke.
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