Los estudiantes chilenos evalúan modificar las formas de movilización para no perder el amplio apoyo de la ciudadanía a sus demandas de educación pública, gratuita y de calidad.
Según la encuesta Adimark, publicada ayer, el apoyo a las demandas estudiantiles es de un 63 por ciento, cifra 12 puntos menor que en septiembre.
El respaldo a las formas de movilización del movimiento,
también registró una caída al 38 por ciento, mientras que un 57
por ciento las rechaza, 12 puntos más que el mes anterior.
Ante este escenario, el presidente de la Federación de
Estudiantes de la Universidad de Santiago, Camilo Ballesteros,
enfatizó que es hora de modificar las formas de movilización,
que en las últimas semanas han culminado con enfrentamientos
entre encapuchados y la policía.
"Si nos cuestionan la forma de movilizarnos, tenemos que ser
consecuentes y no quedarnos estancados porque si no seguiremos
perdiendo apoyo", asumió Ballesteros.
Recordó que "una de las características de este movimiento
fue que empezó siendo bastante innovador y fue capaz de buscar
otras formas como la 'besatón', por ejemplo".
En esa línea, señaló que una fórmula probada y exitosa son
las marchas familiares que se realizan los fines de semana.
"Las marchas tienen sentido, pero entendemos que no podemos
hacerlas todas las semanas porque aburren a la gente", sentenció
a la Televisión Nacional.
Añadió que si bien no hay consenso al interior de la Confederación de Estudiantes de Chile de cuáles serán los nuevos tipos de movilización, "estamos apostando a distintas formas y no sólo a una. La idea es retomar las actividades culturales que apunten a la gran mayoría", dijo.
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