"Tenemos unas 1.000 piezas que rara vez se encuentran en alta resolución, así que realmente te puedes sumergir en la experiencia. Puedes caminar por el museo"
Amit Sood, proyecto Google Arts
Innovaciones recientes están revolucionando la imagen del museo tradicional. Pero, ¿sigue siendo necesario visitar uno para descubrir y apreciar los artefactos más importantes del mundo?
Los museos siempre han buscado cumplir con una serie de funciones; principalmente el de almacenar artefactos artísticos, culturales o científicos.
Pero también son centros de serias investigaciones académicas, discursos y debates. Es un lugar donde objetos raros y delicados son protegidos y preservados; un destino para turistas y colegiales; una cita secreta para encuentros románticos.
Incluso, para aquellos con una disposición más cínica, son una tienda de regalos con una colección de arte adjunta.
Muchos de los museos de hoy en día pueden presumir de un largo pedigrí. Algunos han evolucionado de colecciones religiosas y majestuosas: como por ejemplo el Louvre y el Prado. Otros se basan en legados de colecciones privadas de entendidos millonarios.
La vasta colección de Hans Sloane, que cuenta con decenas de miles de manuscritos, libros y curiosidades, formó el núcleo del Museo Británico, posiblemente el primer museo público del mundo, fundado en 1753.
Y la Tate de Londres fue una creación personal del millonario comerciante de azúcar Henry Tate, quien primero donó su colección privada de pinturas contemporáneas británicas al país, y después fueron adquiridas por la galería Millbank que abrió sus puertas en 1897.
Tradicionalmente, los museos tenían una estricta narrativa fijada por sus curadores y las colecciones rara vez cambiaban.
Pero la espectacularidad de exposiciones como la de Tutankamón, que recorrió el mundo en los años '70, cambió todas las reglas del juego.
En la primavera y verano de 1972, un total de 1,7 millones de personas hicieron fila en el Museo Británico para ver los miles de tesoros de antiguo Egipto descubiertos por el arqueólogo Howard Carter en 1922. Fue la exhibición más popular de la historia del museo.
Dada la cantidad de dinero y las masas que este tipo de eventos atraen, los museos han pasado por una revolución en los últimos años, y la competencia es feroz.
Muchos ahora ofrecen experiencia "práctica", que le permite a visitantes tocar y jugar con las exhibiciones.
Existen museos al aire libre con villas enteras de cómo nuestros ancestros trabajaban, cultivaban, compraban, cocinaban e incluso se bañaban.
El famoso museo Pérgamo de Berlín tiene ahora una vista de 360º de cómo era la antigua ciudad griega de Pérgamo en el año 129 AC.
Una variedad que no termina allí.
"Tenemos unas 1.000 piezas que rara vez se encuentran en alta resolución, así que realmente te puedes sumergir en la experiencia. Puedes caminar por el museo"
Amit Sood, proyecto Google Arts
Ahora, un nuevo libro llamado The Art Museum, agrega otra dimensión a la mezcla. Una vez mas, buscando redefinir lo que es un museo.
"Es un libro enorme", explica Amanda Renshaw de la editorial Pheidon. "Cuando uno lo abre, las páginas miden 60 cm y hay 992 páginas".
"Nos dieron el proyecto de imaginar que teníamos un espacio y un presupuesto ilimitado, y que en este espacio podíamos incluir obras, sin importar cuán grandes o pequeñas eran, cuán famosas o desconocidas. Pero queríamos juntar una colección de lo mejor, lo más impresionante y codiciado".
El libro llega poco después de que un programa reciente de la BBC, History of the World in 100 Objects (La Historia del mundo en 100 objetos), pusiera de cabeza la idea del museo al permitir a la audiencia agregar su propia exhibición en el archivo online.
El poder de internet está siendo explotado por todo tipo imaginable de museo. En la cima está el Proyecto Google Arts, que permite a los usuarios explorar las 17 colecciones más prestigiosas del mundo, incluyendo la de Uffizi en Florencia y la Ermita de San Petersburgo.
El fundador del proyecto, Amit Sood, es claro en sus objetivos. "Tenemos unas 1.000 piezas que rara vez se encuentran en alta resolución, así que realmente te puedes sumergir en la experiencia. Puedes caminar por el museo".
Pero Sood admite que, incluso sin filas ni horas de apertura, hay límites en este tipo de museos. "Ofrecer arte en internet, sencillamente nunca reemplaza la experiencia física. Personalmente no lo creo".
"La conexión física emocional que obtienes con una obra sólo puede ocurrir cuando te paras frente a ella".
Sandy Nairne, director del Museo de Galería Nacional del Reino Unido, dice que mientras que el Art Museum como Google Arts son proyectos "maravillosos" y "animan a la gente a pensar sobre el arte y a disfrutarlo", siguen siendo "suplementarios en vez de sustitutos".
Nainer cree que "cuando estás en una galería o en un museo, tienes la oportunidad de estar muy cerca y tienes dos cosas que no puedes obtener en reproducciones": la obra en tres dimensiones y la experiencia social, que según él, es donde radica la importancia física del museo tradicional.
"Estás allí con otra gente, te reúnes, hablas y tienes un compromiso de verdad".
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