La Alianza Patriótica para el Cambio (APC), la coalición que llevó a Fernando Lugo a la presidencia en 2008, está a un paso de la fractura con su principal aliado, el Partido Liberal, admitieron sus dirigentes.
El liberalismo es, junto a los colorados, uno de los dos principales partidos tradicionales del Paraguay, y en las elecciones aportó más del 70% de los votos para la victoria de Lugo, que puso fin a 60 años de gobiernos colorados.
El gobernador del departamento (provincia) Central e
importante referente del Partido Liberal, Carlos Amarilla,
afirmó hoy que el propio Lugo le dijo que antes de fin de año
prescindirá de todos los liberales en su gobierno.
El detonante de la actual situación fue la negativa del
Senado, la semana pasada, de confirmar a los candidatos de Lugo
para las apetecidas direcciones de las hidroeléctricas
binacionales de Itaipú y Yacyretá.
Al ser binacionales, estas hidroeléctricas se manejan como
"repúblicas dentro de la república", como calificaron políticos
opositores, y tienen su propio presupuesto no sometido al
Congreso.
Esto permite que la parte paraguaya de ambas binacionales
(Itaipú con Brasil y Yacyretá con Argentina), financien
prácticamente libre de control varios programas sociales y otros
del gobierno.
Para el rechazo de ambos candidatos se unieron senadores
liberales no luguistas y seguidores del ex general Lino Oviedo,
condenado en 1998 por un intento de golpe de estado a 10 años de
cárcel, aunque luego la sentencia fue anulada.
En represalia a esa medida, el presidente Lugo destituyó el
lunes a los embajadores en Uruguay, Mirta Vergara de Franco, y
en el Líbano, Hassan Khalil Dia.
Vergara de Franco es esposa del senador Julio César "Yoyito"
Franco y cuñada del vicepresidente Federido Franco, y Dia es un
allegado a Oviedo, quien lo propuso para embajador.
La ahora ex diplomática asumió recién a comienzos de este
año, y afirmó hoy que su destitución se debió a "razones
políticas" y no por faltas profesionales.
De hecho, la alianza entre el luguismo y al menos una
importante fracción liberal, presidida por el vicepresidente de
la república, Federico Franco, fue tormentosa desde el inicio
mismo del actual gobierno.
Esa situación se debió a que Lugo privilegió para los cargos
y afinidad personal al grupo presidido por el senador Blas
Llano, a quien nombró inclusive como ministro de Justicia y
Trabajo en su gabinete inicial.
Más tarde nombró también como ministro de Obras Públicas al
entonces senador Efrain Alegre, dirigente de otro sector liberal
ajeno al movimiento del vicepresidente Franco.
Pero a principios de setiembre último, Lugo destituyó del
cargo a Alegre, cuando éste anunció su precandidatura a la
presidencia del país para las elecciones de 2013.
Era el momento en que Lugo, pese a anunciar al inicio de su
mandato que no aspiraba a la reelección, a través de sus aliados
impulsaba un proyecto de reforma constitucional para aprobar un
segundo mandato.
La reelección está prohibida actualmente por la Constitución,
y la iniciativa para incluirla no prosperó.
Los liberales reivindican un supuesto acuerdo aliancista de
que uno de ese partido debe presidir la candidatura presidencial
en esta ocasión, pero la izquierda luguista está empeñada a su
vez a encontrar un sustituto del actual presidente.
El gobernador Amarilla viene impulsando desde algún tiempo el
retiro del Partido Liberal de la alianza gobernante, pero los
demás sectores no quieren dejar el espacio, aunque pequeño, que
continúan ocupando en el gobierno.
Nunca se produjo un enfrentamiento tan directo como el
actual, consistente en el rechazo de los candidatos para las
binacionales y la intempestiva remoción de dos embajadores.
Para Amarilla, esto presagia el principio del fin de la alianza del luguismo con los liberales.
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