Grecia quedó paralizada este miércoles por la huelga general de dos días para protestar por draconianos recortes presupuestarios, un día después de que Moody's rebajara brutalmente la nota de España, aumentando la presión a los líderes europeos para que den soluciones a la crisis.
Más de 125.000 personas, según la policía, y 200.000 según los sindicatos, salieron a las calles de las grandes ciudades griegas -70.000 en Atenas-, en el primero de los dos días de huelga general para protestar contra el nuevo paquete de medidas de austeridad impuestas por el gobierno, blanco de la ira de los manifestantes.
El centro de Atenas, que se convirtió en un campo de batalla, se registraron violentos enfrentamientos entre la policía y un grupo de violentos, en los que resultaron heridos 25 agentes y 20 manifestantes.
Las masivas protestas constituyen un récord de participación desde el inicio de la crisis de la deuda que se extiende por Europa. Transportes, escuelas, museos y sector público estaban paralizados, pero también comercios, taxis y empresas privadas en esta quinta huelga general que vive el país desde inicios de año.
El Parlamento griego debe adoptar el nuevo paquete de medidas de austeridad el jueves, antes de las decisivas reuniones previstas el fin de semana en Bruselas, que concluirán el domingo con una cumbre de mandatarios.
Los sacrificios exigidos, que afectan en particular a una función pública ineficaz y costosa construida a golpe de clientelismo político, no hacen más que agravar la recesión que vive el país por tercer año consecutivo.
©AFP
La nueva vuelta de tuerca de las medidas de austeridad son impuestas por los acreedores de Grecia, en particular la Unión Europea, que trata por todos los medios de impedir el contagio de la crisis de la deuda a otros pesos pesados como Italia y España, y también Bélgica y Francia.
El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, viajó de urgencia a Fráncfort para entrevistarse con la canciller alemana, Angela Merkel, y otras personalidades europeas que asistían a la despedida del presidente del Banco Central Europeo (BCE), para tratar de resolver los flecos pendientes de cara a un acuerdo el domingo en la cumbre de mandatarios en Bruselas.
Merkel, que suele adoptar el papel de 'mala' de la película enfriando cualquier esperanza, manifestó este miércoles su "convicción" de que los europeos van a "solucionar las cosas" y aprovechar la crisis actual para darle a la zona euro un nuevo impulso.
Y es que las consecuencias de la crisis de la deuda se dejan ya sentir en la economía, incluida en el motor alemán. Las autoridades rebajaron casi a la mitad (1%) las perspectivas de crecimiento del PIB para el próximo año.
Para hacer frente a la crisis de la deuda, los responsables europeos se han mostrado a menudo divididos sobre los pasos a seguir. Pero tres ejes decisivos están sobre la mesa: una nueva quita de la deuda griega en manos privadas superior al 21% acordado el 21 de julio, la recapitalización de los bancos y la ampliación de los activos del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF).
"El destino de Europa se juega en los próximos días", dijo el presidente francés Nicolas Sarkozy.
A la situación de inestabilidad y de los peligros que acechan a la zona euro se suma la nueva rebaja de la nota de España, de 'Aa2' a 'A1', por la agencia de calificación financiera estadounidense Moody's el martes, alegando la "vulnerabilidad" del país a las "tensiones en los mercados" y la falta de una solución "creíble" para poner fin a la crisis en Europa.
Moody's se suma así a la decisión de sus otras dos competidoras Fitch y Standard & Poor's, que también rebajaron la nota de la deuda española en las dos últimas semanas.
Sin embargo, los mercados parecían ignorar esta decisión. La Bolsa de Madrid subió un 0,43%, en la estela de otras Bolsas europeas, y la prima de riesgo, la diferencia que pagan los bonos españoles frente a los alemanes, de referencia, bajaba unos 6 puntos básicos, a 326, después de que la víspera subiera unos 17 puntos básicos.
Italia, también en la mira de las agencias de calificación, vio reducida su nota por Fitch a principios de octubre, y Francia ha recibo una advertencia de Moody's de que podría perder su 'triple A', la máxima nota.
"Lo que están viviendo países como España e Italia no viene solo de sus propios problemas, sino del contagio en el resto de la zona euro", estima Soledad Pellón, analista de la agencia de corretaje IG Markets.
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