La película de Paula de Luque fue ovacionada de pie por los espectadores en Tucumán. Su directora logra montar una historia de amor con los personajes argentinos más emblemáticos del siglo XX. Excelentes actuaciones. Un 17 de Octubre que desborda sentimiento. Por Sebastián Ganzburg.
Juan y Eva (2011). Directora: Paula de Luque. Guión: Paula de Luque, según un relato de Jorge Coscia. Fotografía: Willy Behnisch. Edición: Alberto Ponce. Música: Iván Wyszogrod. intérpretes: Osmar Núñez, Julieta Díaz, Fernán Miras, Sergio Boris, Alfredo Casero. Distribuidora: Primer Plano. Duración: 110 min.
Una historia de amor con dos personajes difíciles, Perón y Evita. Paula de Luque asumió semejante riesgo en inmejorables tiempos, me refiero a los actuales en los que reverdeció el peronismo. El público colmó, el sábado, la sala del Atlas y hoy, a las 22, ocurrirá algo similar pero en los Cines del Solar. El film será presentado por su directora.
De entrada Alfredo Casero protagoniza a un Braden tal como nos lo hubiéramos imaginado, gordo, soberbio, pedante. Toda la historia transcurre en el tiempo previo a cuando Perón llega a la presidencia, es decir, cuando se desempeñaba como vice de Farrel. La historia culmina con impactantes y emocionantes imágenes del 17 de Octubre, varias de ellas extraídas del inigualable trabajo documental realizado por Favio en Perón, Sinfonía de un sentimiento. Precisamente a este cineasta, nacional y popular, es a quien de Luque dedica su obra. Sin embargo no es la estética de Favio la que impera.
El relato es agradable, Perón un hombre tierno, transparente, Evita una mujer cautivada, enamorada, leal. De Luque no apeló, en este caso, a la sin fin de contradicciones del General. Una decisión narrativa. Tres escenas de sexo se pueden observar, quizás con una era suficiente. El resto de la película una belleza. Buenas tomas, planos sólidos que tiene a una bellísima Julieta Díaz que deslumbra, sin ser nada parecida a Evita, adoptó su mirada. Osmar Núñez tampoco desentona con su enorme papel. Fernán Miras, quien interpreta al coronel Eduardo Ávalos, reluce de manera eficaz la actitud gorila.
El texto está bien trabajado, sin fisuras. Los 110 minutos pasan desapercibidos. La directora tampoco escatima en chicanas, en este caso, cargadas de contenido histórico. En la movilización encabezada por Braden abundan las banderas yanquis, la Sociedad Rular muestra sus pancartas, lo mismo que los radicales. En este caso una imagen documental hubiera sido abrumadora.
El público aplaudió de pie. A más de uno se le piantó un lagrimón. Es que el más de un millón de personas que se movilizó para pedir por la liberación de Perón en 1945 refleja y genera un sentimiento nacional que desborda.
Hoy a las 22 y mañana a las 20 se proyectará en Cines del Solar
Sebastián Ganzburg
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