La disciplina en la escuela, una cuestión de raza: así lo dice un estudio publicado en Estados Unidos, que establece que los alumnos de minorías son castigados por docentes y directivos escolares con mayor frecuencia que sus pares blancos.
El Centro Nacional de Políticas Educativas (NEPC, por sus siglas en inglés) reveló que, según los datos de sanciones que posee el Departamento de Educación estadounidense, 16% de los hispanos en escuelas públicas de nivel medio son suspendidos al menos una vez en sus años de formación, comparado con 10% entre blancos no hispanos.
Según el estudio del NEPC, las penas se otorgan mayormente por cuestiones menores, como el uso indebido del celular o las violaciones al código de vestimenta. Sólo 5% de ellas se relaciona con faltas graves, como el porte de armas, mientras que el 95% restante cae dentro de las categorías genéricas de "conducta disruptiva".
"Este es un problema relacionado con los derechos civiles. La aplicación de las normas de disciplina es injusta y no es igualitaria", expresó el autor del reporte, Daniel Losen, quien dirige un Centro por los Derechos Civiles en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
Para llegar a estas conclusiones, el académico analizó estadísticas oficiales de aplicación de castigo escolar entre 1972 y 2006, que evidenciaron que la incidencia de suspensiones y expulsiones ha aumentado sostenidamente al tiempo que se ha incrementado la disparidad racial.
El informe revela, además, que los alumnos con capacidades especiales también figuran en el grupo de los más castigados, junto a los de minorías étnicas.
Los expertos en educación han notado un incremento en los castigos en la escuela media desde la introducción de políticas de "tolerancia cero". En la mayoría de los estados, éstas fueron un correlato de la matanza en la secundaria Columbine, en 1999, donde un docente y 12 adolescentes fueron asesinados por otros dos compañeros.
Como consecuencia, malos comportamientos que antes sólo conducían a una visita intimidatoria en la oficina del director son ahora castigados con medidas más duras, como suspensiones y expulsiones.
El Departamento de Educación señala que las suspensiones para alumnos blancos se elevaron de 3% en los años ’70 a 5% en 2006, mientras que las de estudiantes negros aumentaron de 6% a 15% en el mismo período y las de hispanos, de 3% a 7%.
Pero, según el reporte "Políticas disciplinarias, escuelas exitosas y justicia racial", el incremento en los castigos no está relacionado con un agravamiento en la conducta.
Más bien, señala su autor, la mayoría de las faltas corresponden a temas "no críticos" como el vestir ropas que identifican a una pandilla, el uso del teléfono celular en clase o las llegadas tarde reiteradas.
En el caso de los alumnos de minorías, existe una "desproporción" entre la falta y el castigo, que depende del criterio de los docentes y que, según sugiere el estudio, está basada en un "sesgo inconsciente" por parte de los maestros respecto de cuestiones raciales.
"Aunque nuestra sociedad es más diversa que nunca, las escuelas muestran formas de segregación peores que hace 30 años. Es importante entender que existe un vínculo entre diversidad, disciplina y rendimiento académico", señaló Kevin Welner, director del NEPC, que depende de la Universidad de Colorado Boulder.
Las consecuencias podrían hacerse sentir fuera de las aulas: la evidencia acumulada por Losen sugiere que el trato desigual en las sanciones disciplinarias tiene un impacto directo en el rendimiento académico de los alumnos de minorías.
A largo plazo, ello podría influir en los índices de deserción, que de por sí son mayores entre hispanos y negros por otras cuestiones como la pobreza o la falta de integración a través del idioma y las pautas culturales.
Aquellos que son penalizados más fuertemente están en riesgo de perder oportunidades educativas, dice el informe, e incluso son más propensos a seguir el camino de la delincuencia.
Esta asociación parece validarse con otro estudio reciente realizado en Texas, que reveló que más de la mitad de los estudiantes del estado entre 7mo. y 12vo. grados han sido suspendidos o expulsados y, de ellos, casi 50% han estado luego involucrados en el sistema de justicia juvenil.
De hecho, apenas se conocieron estos resultados, el secretario de Educación estadounidense, Arne Duncan, anunció que impulsará una iniciativa destinada a interrumpir el "camino de la escuela a la prisión", que comienza con acciones disciplinarias en las aulas.
El académico Losen, sin embargo, considera que es prematuro determinar que las suspensiones conducen invariablemente a la deserción o la criminalidad, pero sugiere que hay "mejores sistemas disciplinarios" que el actual para ensayar a nivel nacional.
Aunque el Departamento de Educación aún debe revisar los postulados del NEPC, el portavoz Justin Hamilton señaló a la prensa que las autoridades son conscientes de que hay "informes perturbadores" sobre las diferencias en el trato a minorías en las escuelas y que buscarán garantizar "que todos los estudiantes sean tratados justamente y tengan las oportunidades y los recursos que necesitan para alcanzar el éxito".
Fuente BBC
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