Investigadores argentinos realizaron un estudio para conocer el efecto de la yerba mate en la salud de los huesos de mujeres posmenopáusicas. La investigación reveló que quienes bebían un litro diario de mate cebado, como mínimo, presentaban mejor densidad mineral ósea que sus pares que no ingerían esa bebida. El trabajo fue publicado en la revista científica Bon.
Agencia CyTA – Instituto Leloir
Una investigación sugiere una asociación entre la ingesta de mate cebado y una mayor densidad ósea. Así lo revela un estudio -publicado Bone, publicación científica de la Sociedad Internacional de Huesos y Minerales- realizado por investigadores argentinos de la Universidad Nacional del Cuyo. Se trata de especialistas del Programa para la Prevención y el Tratamiento de la Osteoporosis de la Obra Social para Empleados Públicos de Mendoza y del Servicio Densitometría de la Escuela de Medicina Nuclear.
Los autores del trabajo realizaron mediciones de la densidad mineral ósea de dos grupos de mujeres posmenopáusicas, cada uno de los cuales estaba integrado por 146 mujeres. “Lo que diferenció a estos grupos es que uno estaba formado por mujeres que habían bebido al menos un litro de mate cebado al día en los últimos cuatro años, mientras que el otro grupo correspondió a mujeres que no consumían mate”, indicó a la Agencia CyTA uno de los autores del estudio, el doctor Fernando Saraví, jefe del Servicio de Densitometría de la Escuela de Medicina Nuclear y profesor del Departamento de Morfología y Fisiología de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional del Cuyo (UNCuyo).
Parte del estudio consistió en realizar un examen de densidad ósea de la Columna lumbar y de un fémur proximal (primer tercio del fémur, del que se trazan áreas de interés como el cuello femoral). “Son las áreas recomendadas para el diagnóstico de osteoporosis”, explicó Saraví. Y agregó: “Empleamos una técnica llamada absorciometría de rayos X de energía dual (DXA) o densitometría ósea que es una forma de tecnología de rayos X optimizada para medir contenido mineral”.
Los estudios indicaron que el grupo que ingería al menos un litro de mate cebado diario tenía un 9,7 por ciento más de densidad mineral ósea en la columna lumbar que el otro grupo. “Asimismo la densidad ósea del fémur proximal en primer grupo resultó ser un 6,2 por ciento mayor al grupo control”, destacó Saraví. Y continuó: “Es la primera vez que se presenta evidencia de algún efecto del consumo de yerba mate sobre la masa ósea”.
Hipótesis y tradiciones
El mate cebado es una costumbre típica de los países del Río de la Plata. Esa infusión fue utilizada originariamente por los indios guaraníes, quienes utilizaban la yerba mate.
El recipiente en el que se ceba esta bebida es denominado “mate”, que puede ser el tradicional, hecho de calabaza curada, o un jarrito de loza, enlozado, o un recipiente de madera. La infusión se toma con bombilla, y se puede cebar dulce o amargo, mediante una pava o termo.
De acuerdo con los autores del trabajo, el hallazgo resultó una verdadera sorpresa para ellos mismos. Su hipótesis original había sido que el consumo de mate podía contribuir a acentuar la pérdida de masa ósea en el climaterio, debido a su contenido de xantinas, esto es, exactamente lo opuesto a aquello que finalmente demostraron.
“Las xantinas son un grupo de sustancias químicas que no sólo están presentes en el mate sino también en el café y en el té (como cafeína y teobromina)”, explican. “Algunos estudios –prosiguen- han evidenciado que el alto consumo de café estaría asociado a la pérdida de masa ósea por efecto de las xantinas. Pensábamos que pasaría algo similar con el mate, ya que también contiene esas sustancias. Sin embargo, a la luz de los resultados obtenidos rechazamos tal hipótesis y afirmamos que el consumo de mate reduce la pérdida de masa ósea en la posmenopausia”, destacó el doctor Saraví. Y continuó: “Esto probablemente sucede porque el mate, además de tener xantinas, contiene antioxidantes que tendrían un rol protector de los huesos. Algo similar sucede con el té verde que se ha probado que favorece la densidad mineral ósea, pese a contener también xantinas”.
En el estudio también participaron las doctoras Andrea Conforti –quien tuvo la idea original del trabajo- y María Gallo, del departamento de Medicina Interna de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional del Cuyo y del Programa para la Prevención y el Tratamiento de la Osteoporosis de la Obra Social para Empleados Públicos de Mendoza.
Estrógenos y reducción ósea
Aunque ha sido menos estudiado que otras infusiones, como el té verde, el mate tiene un alto contenido de compuestos antioxidantes, incluyendo diversos polifenoles, que otros investigadores han demostrado que tienen efectos benéficos sobre la masa ósea, indicó el doctor Saraví.
En las mujeres la masa ósea está protegida por las hormonas femeninas (estrógenos) hasta la menopausia. “El hueso es un tejido en continuo recambio. En el adulto joven, cerca de 10 por ciento del esqueleto se renueva cada año. La cantidad de hueso nuevo formado equilibra exactamente la de hueso viejo reabsorbido. Por razones no del todo claras, ese balance se pierde a partir de la quinta o sexta década de la vida, cuando la proporción de hueso nuevo formado es menor que la de hueso viejo reabsorbido, con lo cual la masa ósea comienza a reducirse. Durante la primera década que sigue a la menopausia, este fenómeno es acentuado en las mujeres por la falta de secreción de estrógenos, que tienen un efecto protector sobre el hueso”, explicó Saraví quien destacó que se pueden evitar factores de riesgo para mantener una adecuada densidad ósea.
Además de los alimentos ricos en calcio, el especialista indicó la importancia que tiene evitar el tabaquismo, el sedentarismo y el consumo excesivo de alcohol. “Estos factores inciden en la pérdida de la masa ósea. Una vida sana no sólo reduce los factores de riesgo asociados a la osteoporosis, sino que también trae otros beneficios para la salud”, subrayó el doctor Saraví. Y agregó: “Tenemos la intención de continuar la investigación con un diseño prospectivo. En este sentido seguiremos evaluando la evolución de la densidad mineral ósea de las participantes del estudio. Asimismo analizaremos las relaciones entre dosis y efecto, y estudiaremos la actividad in vitro (en laboratorio) de extractos de mate a fin de identificar aquellos efectos vinculados con la presunta acción protectora, los principios activos responsables y las células sobre las cuales actúan”.
Para seguir avanzando en esta línea de investigación el doctor Saraví subrayó la importancia de implementar “un estudio de diseño longitudinal que ponga de manifiesto la relación entre consumo de mate y cambio en la densidad mineral con los años antes y después de la menopausia, y ver además si existe relación entre dosis y respuesta.”
Consultado por la Agencia CyTA sobre esta investigación el doctor Carlos Mautalen, referente en el tema, y director del Centro de Osteopatías Médicas, además de profesor consulto de la Facultad de Medicina de la UBA, señaló que se trata de un trabajo interesante, aunque “aún no hay suficiente evidencia como para aconsejar a una mujer que comienza su menopausia que incremente o que comience a consumir mate para prevenir la pérdida de masa ósea. Se necesita realizar más estudios, en especial de tipo longitudinal”, concluyó.
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