La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anunció ayer el relanzamiento de la industria nacional de Defensa, a la que consideró clave para defender la soberanía nacional y el nuevo rol del gigante suramericano a nivel mundial.
"Por el tamaño de nuestro territorio, por la extensión de nuestras fronteras y nuestras riquezas, necesitamos de la industria nacional de defensa porque es estratégica para defender nuestra soberanía", dijo la presidenta Rousseff, en un acto en el Palacio del Planalto.
La mandataria firmó un decreto que prevé exenciones
impositivas a la industria de armamento en Brasil, que también
será beneficiada con el plan de promoción industrial que
garantiza a la producción nacional entrar en el régimen de
compras gubernamentales.
Rousseff sostuvo que la estrategia de Brasil es "defensiva y
no ofensiva" pero reclamó saltos en la innovación de la
tecnología para poder producir armamento en el país y poder
exportarlo.
La mandataria, sin citarlo, hizo referencia al debate sobre
la compra de 36 cazas con transferencia de tecnología, por la
que compiten Francia, Estados Unidos y Suecia.
"También queremos colocarnos ante el mundo siendo capaces de
hacer compras internacionales con transferencia de tecnología",
afirmó en su discurso.
Y enfatizó que pretende aumentar la participación nacional en la construcción del satélite geoestacionario previsto para 2019, luego del que se comprometió a lanzar en 2014.
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