La procesión en honor al Señor y la Virgen del Milagro, considerada una de las convocantes del norte argentino, se desarrollará a las 15.30, encabezada por el arzobispo Antonio Cargnello. Gran cantidad de peregrinos confluyeron ayer en la ciudad de Salta, luego de caminar kilómetros desde sus respectivas localidades, para rendir homenaje al Señor y la Virgen del Milagro y para participar en la procesión de hoy
Más de 2.000 pobladores de San Antonio de los Cobres, otros 1.500 de Campo Quijano, vecinos de Coronel Moldes, Campo Santo, General Güemes o El Bordo fueron llegando, ayer, a la plaza 9 de Julio e ingresaron a la Catedral salteña, y participar así en la festividad.
Los peregrinos del Nazareno, que caminaron casi dos semanas, y los de Orán, que lo hicieron por nueve días, son algunas de las demostraciones de fe que se viven por estos días en Salta, cuyo centro está colmado de gente.
Tanto la Policía como el Servicio de Atención Médica en Emergencias y Catástrofes (SAMEC) están desplegados para la recepción y atención de los peregrinos, que además reciben comida y bebida de organizaciones sociales.
Con una jornada calurosa, se desarrolló el segundo día de la celebración del Triduo, con una misa estacional en homenaje a la exaltación de la Cruz a la que concurrió el gobernador Juan Manuel Urtubey.
La celebración fue presidida por el obispo de San Martín, Buenos Aires, Guillermo Rodríguez Malgarejo, acompañado por el arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargnello, Moisés Blanchoud, Javier del Río, que es obispo de Tarija, y el obispo de Orán, Marcelo Colombo.
En su homilía, Rodríguez Malgarejo predicó sobre la Cruz "como signo de fe, que desde el bautismo nos identifica como cristianos", dijo.
"Debemos pensar en la cruz como árbol de vida, desde la que brota la salvación desde la misma persona de Jesús como verdadero hombre, hermano y salvador; desde esa cruz que significa obediencia al Padre y que también significó muerte, en la que se manifestó el amor de Dios", destacó el obispo de San Martín.
El martes se realizó la primera jornada, con la Solemnidad de la Virgen María, y mañana culminará con la Solemnidad del Señor del Milagro, mientras que ayer cerró también el rezo de la novena de esta festividad religiosa.
La procesión en honor al Señor y la Virgen del Milagro, considerada una de las convocantes del norte argentino y que tiene su origen en la fundación misma de la ciudad de Salta, se desarrollará a las 15.30, encabezada por el arzobispo Antonio Cargnello.
Ayer, la catedral permaneció abierta toda la noche, por la jornada de vigilia y oración, con seis misas programadas desde la medianoche hasta las 7.30 de mañana, para concluir el Triduo de Pontificales con una misa estacional, a las 10, en honor a la Solemnidad del Señor del Milagro.
Posteriormente, el santuario cerrará para preparar la procesión, que comenzará a las 15.30, con la salida de la Cruz primitiva de la catedral, luego la imagen de la Virgen de las Lágrimas, la de la Virgen del Milagro y finalmente la del Señor del Milagro.
La procesión llegará hasta el monumento 20 de Febrero, donde el arzobispo de Salta pronunciará su homilía y la oración para la Renovación del Pacto de Fidelidad del Pueblo de Dios, tras lo que regresará a la catedral para la realización de la misa del peregrino.
El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, y las principales autoridades salteñas participarán mañana de la procesión, como lo hacen cada año.
La celebración del Milagro tiene su origen en la fundación misma de la ciudad de Salta, en abril de 1582, cuando llegó por la tierra norteña el obispo español fray Francisco de Vitoria, quien diez años después envió desde España dos imágenes de una virgen y de un cristo crucificado con destino a Córdoba y Salta.
Inexplicablemente, las dos imágenes aparecieron flotando en las aguas del Pacífico, a la altura del puerto del Callao, en Perú, desde donde fueron trasladadas al destino original por orden del virrey Don García Hurtado de Mendoza.
El cristo llegó a la catedral salteña, donde quedó olvidado por casi un siglo, hasta que intensos terremotos sacudieron el suelo del territorio salteño el 13 de septiembre de 1692, por lo que desapareció la ciudad de Esteco.
En el marco de estos movimientos telúricos, el padre José Carrión pidió sacar el cristo crucificado en procesión, y en ese momento cesaron los terremotos, lo que fue considerado como un milagro.
Luego de la procesión, al reingresar al templo, una imagen de la Virgen María que permanecía en el lugar estaba intacta frente al altar, como suplicando, mientras que el resto de la iglesia se encontraba destruido.
Allí comenzó el culto en honor al Señor y la Virgen del Milagro en Salta, que con el paso del tiempo se convirtió en una celebración religiosa muy importante y que el año pasado convocó a más de medio millón de peregrinos y fieles.
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