Con un telescopio de gran sensibilidad un equipo internacional de astrofísicos que incluye a argentinos descubrió 96 cúmulos estelares ocultos por el polvo interestelar en la Vía Láctea. Su estudio permitirá delinear con mejor precisión la estructura espiralada de la Vía Láctea y validar las ideas actuales acerca de cómo se forman las estrellas.
Agencia CyTA – Instituto Leloir
Un total de 96 cúmulos estelares ocultos por el polvo interestelar en la Vía Láctea fue descubierto por un equipo internacional de astrofísicos en el que participaron investigadores argentinos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Los resultados del hallazgo fueron publicados en la revista científica Astronomy & Astrophysics. La búsqueda de los cúmulos estelares fue encabezada por la doctora Jura Borissova de la Universidad de Valparaíso, en Chile, y forma parte de un proyecto más amplio –denominado VISTA Variables in the Vía Láctea (VVV) – liderado por el doctor Dante Minniti de la Universidad Católica de Chile.
“Un cúmulo estelar es un grupo de estrellas que tienen una historia en común. Esto es, todas ellas se localizan casi a la misma distancia de nosotros en una región determinada del espacio y, además, poseen la misma proporción de los elementos que las constituyen. Estos hechos son interpretados como una consecuencia de que su origen es común, esto es que todas las estrellas de un cúmulo estelar se formaron más o menos al mismo tiempo, a partir del material que constituía una nube molecular”, explicó a la Agencia CyTA uno de los autores del estudio, el doctor Gustavo L. Baume del Instituto de Astrofísica de La Plata dependiente del Conicet y de la UNLP. Además del doctor Baume, en el proyecto VVV participan otros investigadores del Instituto de Astrofísica de La Plata y de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de La Plata.
Según indicó el astrofísico argentino la mayoría de los 96 cúmulos estelares detectados son “cúmulos inmersos” que se ubican en el plano de la Vía Láctea siguiendo su estructura de brazos espirales y, por su naturaleza, se hallan vinculados con regiones en donde la formación de estrellas se encuentra activa. “En esta primera etapa los cúmulos han sido descubiertos, catalogados y se les ha realizado un análisis preliminar. El paso siguiente es realizar un estudio detallado de los mismos y, justamente, uno de los parámetros a determinar es la distancia a la que se encuentran, además de precisar los valores de sus edades y su vinculación con la región de la Galaxia donde se han formado.”
Telescopio de alta tecnología
Existen distintos tipos de cúmulos estelares. Por un lado, los “cúmulos abiertos” son aquellos localizados generalmente en el plano de la Vía Láctea, conformados por decenas o centenares de estrellas jóvenes o de edades intermedias. “Por otro lado, los “cúmulos globulares” son aquellos que se hallan distribuidos en forma casi uniforme alrededor de toda la Vía Láctea, formados cada uno por cientos de miles de estrellas muy vieja”, destacó el doctor Baume. Y continuó: “Adicionalmente, se distinguen los ‘cúmulos inmersos’ como aquellos localizados en el plano de la Galaxia, que son detectados por su ‘luz infrarroja’ y se hallan dentro o detrás de nubes moleculares. Estos objetos son muy jóvenes y de hecho son representantes de las primeras etapas de la formación estelar.”
Los cúmulos estelares pueden ser utilizados como una herramienta para delinear la estructura de una galaxia y revelar también la historia de su formación y su evolución.
“En particular, el estudio detallado de los ‘cúmulos inmersos’ que han sido detectados permitirá delinear con mejor precisión la estructura espiral de la Vía Láctea y validar las ideas actuales de la forma en que se lleva a cabo la formación de las estrellas”, explicó Baume.
El telescopio empleado en el descubrimiento de los 96 nuevos cúmulos estelares se denomina VISTA. “Este telescopio se halla instalado en uno se los mejores lugares de observación astronómica del mundo como es el Observatorio Paranal del ESO (European Southern Observatory) localizado en el norte de Chile. Este telescopio se caracteriza por tener un diámetro de cuatro metros y haber sido construido exclusivamente para cubrir zonas muy amplias del cielo en forma sistemática y detallada”, indicó Baume. Y agregó: “Además, el telescopio y su instrumental permiten trabajar tanto en ‘luz visible’ como en ‘luz infrarroja’, pudiendo así detectar también colores de la luz que son invisibles al ojo humano y que corresponden a energías más bajas que el color rojo.”
La Galaxia, que incluye a la Vía Láctea, posee una gran cantidad de polvo interestelar y nubes moleculares que dificultan la detección de estrellas y cúmulos que se encuentran detrás de ellos si se trabaja solo con “luz visible”. “Dado que la ‘luz infrarroja’ atraviesa con más facilidad al polvo y a las nubes moleculares, es posible entonces descubrir nuevos objetos utilizando instrumentos que detecten esta clase de ‘luz’. Esta propiedad, junto con la cobertura de una amplia región del plano de nuestra Galaxia, las buenas condiciones del sito de observación y el tamaño del telescopio utilizado es lo que ha posibilitado el descubrimiento de un gran número de cúmulos estelares”, concluyó el doctor Baume.
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