El Colegio de Profesores chileno decidió ayer en asamblea nacional rechazar la propuesta de mesas de trabajo presentada el lunes por el gobierno y que plantea un cronograma para dar solución al conflicto estudiantil que se arrastra desde hace cuatro meses.
La Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) entregará su respuesta este jueves, pero según adelantó el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago, Camilo Ballestero, la resolución va en la misma línea, por cuanto "no hay condiciones mínimas para creer en la efectividad de un diálogo si no se abordan los temas de fondo".
Ballestero, en reunión con los corresponsales extranjeros,
consideró que el cronograma del lunes fue una jugada mediática
destinada a "terminar con las movilizaciones" más que a
solucionar el tema de la educación,
El presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo,
explicó que la propuesta y cronograma de trabajo del gobierno
"no satisface las expectativas del movimiento, porque deja en
punto ciego para poder discutir en igualdad de condiciones los
temas fundamentales como son fin al lucro, reforma
constitucional y término del financiamiento compartido".
Asimismo, "no da garantía al no priorizar adecuadamente los
temas. Cualquier tratamiento fecundo debe comenzar por discutir
las demandas centrales".
Los profesores, precisó Gajardo, apostarán por concordar una
contrapropuesta de trabajo entre el movimiento y el Ministerio
de Educación.
La cartera propuso tres mesas de trabajo: Beneficios
estudiantiles y financiamiento institucional (12-16 de
septiembre); Fortalecimiento de la educación pública escolar y
técnico profesional; transparencia y regulación de calidad (20-
23 de septiembre), y Reforma constitucional, carrera docente,
interculturalidad y temas en debate (26-30 septiembre).
Ballestero contó que la reunión del sábado, encabezada por el
presidente Sebastián Piñera, y en la cual participaron
universitarios, profesores, secundarios, apoderados y rectores
fue muy desordenada y parecía que "en el momento se iban
inventando las cosas".
Para el dirigente el piso mínimo para entrar a negociar es
que "este año va a haber un cambio y eso significa enfrentar el
tema del lucro, el acceso a la educación y el financiamiento".
Insistió que en el cronograma, en que se dan cuatro días para
discutir temas profundos, "no se dan las garantías ni se ha
definido los mecanismos para zanjar los conflictos".
Por ello, adelantó, "lo más responsable es entregar una
contrapropuesta y decir NO a la propuesta" del gobierno.
Ratificó que las movilizaciones van a continuar, aunque es
muy duro para los estudiantes pensar en la pérdida del año, con
lo cual presiona el gobierno, y que las universidades también
atraviesan un momento difícil y muchas no podrán pagar los
sueldos de septiembre.
Ballestero denunció que el negocio de la educación en Chile
es tan grande que durante 30 años se ha violado la ley que no
permite el lucro, y que las universidades privadas gastan
anualmente 65,2 millones de dólares en publicidad mientras que
para becas destinan 6,2 millones de dólares.
El dirigente desmintió que el movimiento estudiantil esté por
la estatización de la enseñanza, por cuanto siempre ha existido
un sistema mixto.
En cuanto al futuro, advirtió que "lo peor es ir por el todo o nada" y que hay que enfocarse a un trabajo con los parlamentarios, pese a que es el Ejecutivo el que tiene todo el poder de resolución en el actual sistema político.
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