La delicada situación de salud del astro del fútbol brasileño viene a sumarse a una larga lista de estrellas de ese deporte que fueron o son adictos al alcohol.
De Mane Garrincha a George Best o Paul Gascoigne, pasando por otros jugadores de gran proyección, el alcohol originó incontables víctimas dentro del fútbol, la última de las cuales el brasileño Socrátes que a los 57 se encuentra internado en grave estado en una clínica de Sao Paulo.
Sócrates, jugador emblématico de Corinthians y de la selección auriverde en la década de 1980, es un confeso alcoholico y debió ser atendido por una hemorragia digestiva por segunda vez en las últimas tres semanas.
Médico de profesión, el ex atacante reveló no hace mucho tiempo que tenía "un punto cirrótico" en una "región sensible del hígado".
El caso de Sócrates, capitán del scratch en los mundiales de España-1982 y México-1986, se suma a una larga lista que encabezan los malogrados Mané Garrincha y George Best, y continúa Gascoigne.
Garrincha murió en 1983 a causa de una cirrosis ocasionada por la ingesta descontrolada de alcohol y el irlandés, ícono del Manchester United, falleció en 2005 como consecuencia de problemas renales y pulmores tras recibir un transplante de hígado en 2002.
Gazza, actualmente con 44 años, es adicto al alcohol y a las drogas, situación que no pudo superar a pesar de varios tratamientos.
El temperamental ex volante inglés enfrentó un sinnúmero de problemas con la justicia producto de sus adicciones que se mezclaron en explosivo cóctel con un caráter díscolo e irreverente.
Cercano en el tiempo se encuentra el caso del brasileño Adriano, El Emperador, que en varias ocasiones se vio superado por su adicción a la bebida.
Un poco antes el atacante Valdiram, que llegó a ser artillero del Brasileirao en 2006 con el Vasco da Gama, fue expulsado del club por sus problemas con las drogas y el alcohol.
Una historia similar es la de André Neles -actual atacante de un equipo de tercera división en Brasil- que se ganó el apodo de André Balada en 2003 por su gusto por la fiesta nocturna paulista cuando jugaba en Palmeiras.
En 2004, luego de confesar su dependencia por los narcóticos y la bebida, decidió integrarse a la religión evangélica y estudiar teología.
El fútbol argentino no es ajeno al problema y es así que en 2010 el volante ofensivo y ex internacional Ariel Burrito Ortega (de 37 años), quien admitió su adicción públicamente, fue despedido del popular River Plate, club del cual era ídolo.
En su momento también admitió problemas con el alcohol el legendario René Houseman, un destacado puntero derecho que jugó en Huracán y River Plate en los años 70 y fue campeón mundial en Argentina-1978.
En 2007, ya retirado del fútbol, nada menos que Diego Maradona fue hospitalizado en un sanatorio para realizar un tratamiento contra el exceso de alcohol, tras ser pública varios años antes su adicción a las drogas.
Por su lado, Paraguay tiene varios casos de jugadores que se hundieron en el alcoholismo en el crepúsculo de sus carreras y en coincidencia con la paulatina pérdida de popularidad y dinero.
Uno de los más notorios fue el del corpulento defensa central de Guaraní, Cerro Porteño y la selección, Isidro El Bailarín Sandoval, que jugaba una fecha sí y otra no producto de sus desajustes con la bebida, recuerdan compañeros y ex entrenadores del futbolista.
El anecdotario evoca asimismo al ex delantero del Olimpia de los años sesenta y setenta Lorenzo Gimenez, al que se atribuía la
ingesta de "un raya de caña" (una medida de aguardiente) antes de cada partido.
Viejo problema que no tuvo solución, el alcoholismo golpeó recientemente al fútbol colombiano y le costó al puesto de seleccionador a Hernán Dario Bolillo Gómez, quien en estado etílico golpeó a una mujer en un bar.
El delantero Faustino Tino Asprilla, célebre por su carrera internacional en Parma de Italia, Newcastle United (Inglaterra), Palmeiras, Fluminense (Brasil), Atlante (México), Universidad de Chile y Estudiantes de La Plata (Argentina), también presentó problemas de alcoholismo desde la década de 1990.
Además celebraba intensas fiestas en los países que residió y en su natal municipio de Tuluá (provincia de Valle del Cauca), donde montando a caballo hacía disparos al aire en fiestas populares.
Otros virtuosos futbolistas sufrieron de alcoholismo, entre ellos Henry La Mosca Caicedo, Albeiro Usuriaga, Jairo Castillo y René Higuita.
En México son varios los ejemplos de jugadores en activo o retirados que han dado de que hablar por una borrachera puntual o por su adicción al alcohol.
En setiembre de 2010, Alonso Sandoval fue separado del América a causa del alcoholismo, problema que influyó en su carrera y lo llevó a desfilar por ocho equipos de la Liga azteca.
Entre los ex jugadores es célebre el caso de Manuel Manzo, un fino mediocampista de las décadas de 1970 y 1980 que jugó para Pumas y Chivas, entre otros equipos, y llegó a ser seleccionado mexicano.
En una ocasión este jugador estuvo a punto de morir ya que, estando ebrio, se lanzó a una alberca vacía. Otra vez, ya retirado, declaró: "Chupando (bebiendo) me alcanzaba para ser el mejor de todos".
Fuente NA
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