Los mercados internacionales no cesan de sacudirse, al compás que marcan los pésimos datos de las economías centrales, como lo han mostrado este viernes las bajas generalizadas de las Bolsas europeas y de Wall Street.
En Nueva York, los papeles privados se han desplomado un 2,2%, el Nasdaq, que negocia los papeles tecnológicos, un 2,6%, y el índice S&P 500 ha perdido también 2,5%, golpeados por las noticias de que el empleo en Estados Unidos no ha crecido y que la tasa de desocupación se mantiene en el 9,1%.
El crecimiento del empleo en Estados Unidos se estancó en agosto, dado
que la baja en la confianza del consumidor desalentó a las empresas a
contratar nuevos trabajadores.
Las nóminas de empleo
permanecieron sin cambios el mes pasado, la lectura más débil desde
septiembre de 2010, mientras que las cifras de nuevos empleo en junio y
julio pasados fueron revisadas para dar cuenta de que se crearon 58.000
puestos menos de lo estimado inicialmente.
Por otra parte, los
rumores sobre una posible crisis de algunos bancos, incluido el Bank of
America, por las secuelas del colapso de las hipotecas subprime también
influyó en el mercado, provocando caídas de acciones de entidades
financieras estadounidenses y europeas.
En el Viejo Continente,
la caída fue aún más pronunciada que en Wall Street, con el índice
IBEX35 de la Bolsa de Madrid perdiendo un 3,4% al cierre de la sesión, y
crecientes temores de una nueva recesión económica mundial.
Por
otra parte, Europa también ha sido negativamente influída por el corte
abrupto de negociaciones del FMI, el BCE y la Unión Europea (UE) con
Grecia, país que ha admitido que no puede cumplir con las metas fiscales
comprometidas en el plan de salvataje acordado en julio.
Esto ha
llevado a la "troika" del Fondo, el BCE y la UE a aplazar el segundo
rescate de Grecia, desatando un clima de pesimismo que ha llevado a las
Bolsas a una nueva y significativa caída tras cuatro días consecutivos
de recuperación.
El riesgo-país de España se ha disparado, en
este marco de malas noticias, hasta 312 puntos básicos, a pesar de la
compra de bonos soberanos de los países periféricos por parte del BCE, y
los grandes bancos han protagonizado caídas importantes.
El BBVA
se ha desplomado un 5%, seguido de Santander (-4,84%), mientras que
otros pesos pesados del selectivo también han hecho de lastre, como
Repsol (-3,72%) e Iberdrola (-3,43%).
El desánimo de los
inversores se ha propagado por el resto de principales plazas europeas,
en línea con las ventas que se han impuesto en Madrid. Milán ha caído un
3,9%, mientras que Frankfurt y París han cedido un 3,5% en ambos casos.
Londres ha bajado un 2,3%.
Estocolmo perdió 3,06%, Amsterdam un 2,56% y Zurich un 3,11%.
Atenas, país del cual partieron hoy las noticias más negativas para Europa, perdió un 4%.
Antes,
la bolsa de Tokio terminó la sesión con un retroceso de 1,21% debido a
la subida del yen frente al euro, y a la prudencia de los inversores
antes de la publicación de las estadísticas del empleo en Estados
Unidos.
Al cierre, el índice Nikkei 225 de los principales
valores perdió 110,06 puntos hasta los 8.950,74. El índice ampliado
Topix, que engloba todas las acciones de la primera sección, bajó por su
parte un 1,09% y quedó en los 769,78 puntos.
La actividad fue escasa, con un volumen de 1.710 millones de acciones intercambiadas en el primer mercado.
El
mercado no ha reaccionado al nombramiento como ministro de Finanzas de
Jun Azumi, dado que los inversores desconocen a este parlamentario que
entra por primera vez en un gobierno En el mercado de divisas, el euro
ha seguido cediendo posiciones respecto al `billete verde` y al término
de la sesión en el Viejo Continente, el cambio entre las dos monedas
quedaba establecido en 1,4221 dólares, aunque después del cierre cayó
hasta 1,4196.
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