Ahora en Tucumán se están dando variadas protestas de aquellos seguidores de candidatos que perdieron en las elecciones del domingo pasado. No interesa si la diferencia es mucha o poca, la protesta se hace. Por más que los perdedores salgan a aclarar que los reclamos son espontáneos, yo no les creo.
Ayer cuando estaba listo para merendar, un llamado telefónica y una voz que me pedía hacer una nota de opinión sobre las protestas que hacen los perdedores del domingo.
“No me compliques que las facturas son de primera”, atiné a contestar. No así las que les pasaron a varios candidatos, pensé hacia adentro No hubo caso la nota debía estar lista. Luego del rico café con leche, el dulce de leche, un vaso de jugo y otro de soda, todo al fiado, me senté a escribir..
Primero me acorde de las excusas de las cuales últimamente los perdedores hicieron una maestría. En la mesa tal el fiscal fue comprado ( billetera mata militancia digo yo); las urnas fueron quemadas (la próxima deberían llevar cubierta antiflama), se cortó la luz cuando íbamos ganando ( los otros ven en la oscuridad) en los bolsones de ellos había aceite ( en el tuyo vinagre); no hubo plata para movilizar vehículos ( bueno vos querés todo). Son algunas de las explicaciones por las derrotas que dieron los candidatos segundones o sus punteros, quiénes juntos a sus patrones políticos arreglaron movilizar para reclamar nuevas elecciones, recuentos de votos, etcétera mas etcétera. “Nos tiremos un lance, total ya perdimos”, fue la consigna.
¿Será que en esta compulsa ( como decían todos antes del domingo) el elector te mandó al muere, porque no hiciste nada y te tiraste un lance a ver si conseguías continuar colgado del saco del capo?.
A varios los rozó el espanto. Dejaron la siesta cuando el bombo de Pirincho, que seguramente recibía órdenes de arriba, empezó a sonar cerca. Unos cuantos pudieron contrarrestar el ruido, otros siguieron durmiendo y cuando despertaron hicieron la plancha. ¿Soberbia?. Así les fue.
Todos dicen ser democráticos y cuando pierden terminan protestando al mejor estilo futbolero. Es cierto que es mucha la plata invertida y las deudas morales, sociales y materiales contraídas también “Entonces si quieren lo que prometí decile que salgan a protestar, cortando las rutas, calles, quemando cubiertas, caso contrario no les puedo dar nada”. Así más o menos debe haber sido el diálogo entre el candidato y sus punteros. Total algún arreglo político habrá para que calle o se quede quieto. Toda vale.
Quizás mi ilusión es pensar que la autocrítica esta latente en estas personas que trabajan de dirigentes tratando mejorar la calidad de vida de aquellos que comprovincianos que creen o creyeron en ellos.
Si la matemática sigue con las mismas reglas (¿O la reformaron y no me enteré?) debo pensar que quien ganó tuvo más votos que el perdedor y seguramente que una movilización a su favor tendrá más gente protestando. Lo que llenaría el cartón sería que el perdedor también pida anulación de la protesta o recuento de de los asistentes.
En definitiva en lo único que estoy seguro es que en política dos más dos no es igual a cuatro. Por eso los perdedores firmaron la derrota en disconformidad.
Daniel A. Villalba
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