Conoció la pobreza y el éxito, se convirtió en ídolo nacional y tuvo un final trágico. El Capitán Piluso, Rucucu, Yéneral Gonzáles, Chiquito Reyes, el Dictador de Costa Pobre, el Manosanta, el mucamo Perkins, José Luis Borges, Rogelio Roldán, jefe de cadetes… y se podría seguir nombrando aún más personajes con los que Alberto Orlando Olmedo se convirtió en uno de los capocómicos argentinos por excelencia. VIDEO
El Capitán Piluso, Rucucu, Yéneral Gonzáles, Chiquito Reyes, el Dictador de Costa Pobre, el Manosanta, el mucamo Perkins, José Luis Borges, Rogelio Roldán, jefe de cadetes… y se podría seguir nombrando aún más personajes con los que Alberto Orlando Olmedo se convirtió en uno de los capocómicos argentinos por excelencia.
A Sabrina Olmedo el sketch que más le gustaba de su padre era el que realizaba con Javier Portales, "Alvarez y Borges" y seguramente cada uno de los seguidores y admiradores del cómico tendrá su preferido.
"Me encantaba, me moría de la risa porque eran ellos de verdad, auténticos. Se gastaban mutuamente, pero eran re-amigos. Como Javier era una persona cercana a la familia, sabíamos que odiaba que lo tocaran y papá en ese sketch vivía manoseándolo. Cuando le veíamos la cara a Javier, nos tentábamos hasta las lágrimas. Ese número era único porque los dos se desataban, divagaban, se iban de libreto y cuando querían retomarlo se olvidaban. Entonces papá salía de cámara e iba hasta el apuntador para saber con qué continuar", dijo su hija en una entrevista.
El 18 de diciembre de 1986, en pleno auge de su carrera artística, Olmedo debutó con la obra "El Negro no puede". Durante el transcurso de ese verano batió el récord de público en el teatro Neptuno de Mar del Plata con más de 100.000 espectadores. Dos años después, un 5 de marzo,La Feliz se enluteció, Olmedo fallecía luego de caer de un balcón de un piso 11.
Si bien en la pantalla era puro delirio, trasgresión y humor, al apagarse las cámaras Olmedo era más bien hosco y de carácter taciturno. Valoraba mucho a sus amigos y aunque disfrutaba del afecto del público no le gustaba que lo trataran como si lo conocieran de toda la vida.
A Olmedo lo hacía grande, según las palabras del también fallecido Hugo Sofovich, quien le escribió los guiones de televisión y de cine durante 24 años, "el pueblo, el público, el carisma, la popularidad. En el momento de su muerte creo que nadie era más figura que él en el país. Estaba a la par de Maradona".
El cómico vivió el éxito y todo su abanico, pero también desde pequeño conoció la pobreza y supo imprimirle a sus personajes las duras experiencias que le dio la vida, la idiosincrasia argentina y reflejar lo absurdo. Conoció a su padre a los 40 años –cuando su carrera ya estaba en la buena senda- y pese a que éste no lo reconoció de chico, Olmedo le brindó un buen pasar hasta sus últimos días. Se casó dos veces y tuvo cinco hijos.
El 24 de agosto de 1933, Olmedo nació en Rosario en un hogar de madre soltera de un barrio pobre. Desde chico, el actor tuvo que trabajar para sobrevivir. En sus años de adolescencia hizo sus primeros pasos en un teatro rosarino y participó de una agrupación artística del Centro Asturiano. A los 21, decidió probar suerte en Buenos Aires y a través de un conocido comenzó a trabajar como switcher en Canal 7. En la fiesta de fin de año del canal, Olmedo realizó una improvisación que impresionó al interventor de la emisora, Julio Bringuer Ayala, quien le ofreció la posibilidad de trabajar como actor.
Una de sus primeras grandes oportunidades laborales llegó en 1960 con el ciclo "El capitán Piluso", en Canal 9, que duró varios años en el aire, pero en diferentes emisoras.
Aunque divertía por las tarde a los niños fue el público adulto quien lo catapultó a la categoría de ídolo nacional, con todo el peso que eso implica.
El 30 de marzo del `64 ingresó en el elenco de "Operación JA JA", un ciclo de Gerardo y Hugo Sofovich para Canal 11. Fue su primer encuentro con el debutante Javier Portales, quien luego se convertiría en su pareja televisiva por excelencia.
En 1981 se estrenó en la pantalla de Canal 11 "No toca botón", programa que cautivó a los telespectadores, en el cual la dupla Olmedo- Portales funcionó a la perfección y como testimonio quedan las improvisaciones del sketch "Alvarez y Borges".
En tanto, en el ámbito cinematográfico Olmedo también hizo de las suyas. Filmó más de 45 películas. Encontró en Jorge Porcel, un colega con el cual poder desplegar su histrionismo. La dupla consiguió su primer gran éxito en 1973 con "Los caballeros de la cama redonda" de Gerardo Sofovich.
Si bien hizo cine y teatro de revista, la cuarta pared -tal como le gustaba llamar a la pantalla de televisión- fue el lugar en donde Olmedo se sintió más cómodo y en donde más podía jugar.
A diez años de su muerte, en 1998, Hugo Sofovich aseguraba: "Sí habrá cómicos que van a ser queridos o tan queridos como él por el público, pero nadie puede ocupar su lugar".
Es difícil imaginar el humor de Olmedo en la Argentina actual, que sin duda habría debido renovarse, pero hubiera sido interesante conocer a su gama de personajes.
En mayo del ‘76, en el primer programa del año del ciclo "El chupete", transmitido por Canal 13, comenzaron la emisión diciendo que Olmedo había "desaparecido físicamente" para minutos después decir que era una broma. El gobierno de ese momento no lo consideró así y la emisión fue levantada del aire y el capocómico debió esperar dos años para volver a la televisión.
Artículo publicado de Azul Cecinini, publicado por La Nación el 17 de diciembre del 2004
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