La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó ayer que su país cuenta con una economía "fuerte" para evitar el contagio de la crisis global, aunque consideró "difícil" evitar que ésta cause efectos en el Producto Interno Bruto (PIB).
"Cada día estamos más fuertes, mientras la crisis continúa nosotros vamos a seguir construyendo casas, más industrias, más empleo, este país es muy rico tenemos petróleo, minería, agricultura" afirmó la mandataria.
La presidenta pronunció un discurso al entregar más de 1.900 viviendas a familias del interior de Sao Paulo beneficiadas con el plan Mi Casa, Mi Vida, que planea construir 2 millones de unidades hasta 2014. "Es obvio que la crisis tiene efectos" en Brasil...y "el objetivo central de mi gobierno es que podamos contener los efectos perversos" de un proceso "que no fuimos nosotros quienes lo crearon", dijo previamente en entrevista a una radio local.
Luego sostuvo que Brasil se encuentra ahora en mejores condiciones que al inicio de la inestabilidad.
"En 2009 tomamos todas las medidas necesarias y Brasil entró en la crisis, tuvimos una caída del PIB, pero salimos en 2010" mejor que otros países.
Ahora, en cambio, "estamos intentando parar la crisis en la puerta y ni entrar" en Brasil, pero "es difícil" frenarla por completo "porque no somos inmunes ni somos una isla", aseveró Rousseff.
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