Más de cien mil personas marcharon ayer bajo la lluvia y la nieve en Santiago, en el marco de las protestas por una educación gratuita y de calidad que desde hace tres meses mantienen el clima de movilización social más importante en 20 años de democracia.
En la multitudinaria manifestación marcharon estudiantes, apoderados y profesores que desafiaron todos los pronósticos y se desplazaron pacíficamente por una ruta autorizada por la Intendencia (gobernación) Metropolitana, que modificó el trazado original propuesto por los organizadores.
La manifestación se realizó en el marco de un nuevo paro
nacional por la educación y a horas del anuncio de nuevas
propuestas gubernamentales para reformar la enseñanza que fueron
consideradas "insuficientes" y "poco claras".
El gobierno descartó que la convocatoria de hoy signifique el
rechazo a sus propuestas, que serán enviadas al Parlamento sin
mediar diálogo con los involucrados.
"Este gobierno va a actuar en serio. No vamos a hacer un
experimento de cambiar un sistema para efectos de dar la
satisfacción a una determinada visión", afirmó el vocero Andrés
Chadwick, en relación a la mantención del lucro, uno de las
principales demandas de los estudiantes.
El presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, Giorgio Jackson, celebró la convocatoria a la marcha y destacó que "el mensaje de hoy es que a pesar del frío y la lluvia, este movimiento está convencido de que los cambios no se refieren a reducir una tasa de interés ni a dar más recursos a lo que hoy día significa el descontrol y la desregulación del sistema educativo".
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