El presidente de Bolivia, Evo Morales, ratificó ayer la decisión de su gobierno de llevar a la justicia internacional su demanda a Chile de una salida soberana al océano Pacífico, 10 días después de haber reanudado el diálogo con su colega chileno, Sebastián Piñera.
“El gobierno nacional, en representación del pueblo boliviano, ha decidido, en esta larga lucha de recuperar el mar con soberanía, mejorar el camino”, dijo Morales en Tarija, a unos 515 kilómetros al sur de La Paz, durante la celebración del 186to. aniversario de la creación de las fuerzas armadas.
Remarcó que “eso es apelar a los tribunales internacionales, para que
Bolivia pronto vuelva al mar con soberanía”, según las agencias
noticiosas ABI y ANSA.
Morales subrayó sin embargo su vocación
por mantener el diálogo bilateral o multilateral paralelamente a la
marcha del proceso judicial que su gobierno inicie ante la Corte
Internacional con sede en La Haya.
“Eso no significa que está
descartado cualquier diálogo de carácter bilateral, multilateral, porque
el tema mar con soberanía no sólo es de interés nacional ni de carácter
bilateral, es un tema de carácter regional”, sostuvo.
Se trata
del primer pronunciamiento de Morales después de la reunión que por más
de una hora y media sostuvo con Piñera el 28 de julio, en Lima.
Ese
encuentro fue el primero desde el 23 de marzo, cuando Morales anunció
por primera vez su intención de llevar ante la justicia internacional la
histórica demanda de recuperar la salida al mar que Bolivia perdió en
1879, durante la Guerra del Pacífico.
La conversación entre
Morales y Piñera en Lima pareció devolver la relación bilateral,
formalmente suspendida desde 1978, al estado de descongelamiento que
había alcanzado durante el mandato de la anterior presidenta chilena,
Michelle Bachelet.
Morales y Bachelet habían acordado una agenda
de 13 puntos para mejorar la relación bilateral, que incluía la salida
boliviana al mar aunque no necesariamente a través de la cesión soberana
de tierras, y se reunían periódicamente para conversar sobre ello.
Ese
clima se mantuvo durante el primer año de la gestión de Piñera, quien
asumió el gobierno en marzo de 2010, pero la relación volvió a enfriarse
tras el anuncio de Morales de llevar el asunto ante los tribunales
internacionales.
Tras la reunión de Lima, las primeras
declaraciones públicas de funcionarios de ambos países ratificaron la
vocación de mantener el diálogo.
“Planteamos con mucha claridad
al presidente Morales que Chile está siempre abierto al diálogo y a
buscar los mejores caminos para que Bolivia pueda, a través de nuestros
puertos, tener un comercio e integración con el mundo”, dijo Piñera el
29 de julio a la prensa chilena.
Dos días más tarde, el ministro
de la Presidencia de Bolivia, Carlos Romero, sostuvo que en el encuentro
entre los mandatarios “se han aclarado algunos temas y correspondía
hacerlo en el marco del respeto y la cordialidad”.
Romero aclaró
que la agenda de 13 puntos “tiene plena vigencia”, así como “el
mecanismo del diálogo bilateral”, que es “un dispositivo irrenunciable
que se lo va a seguir desarrollando”.
Sin embargo, el mismo
domingo 31 de julio, el canciller chileno, Alfredo Moreno, advirtió que
si bien su gobierno “tiene la mejor voluntad de colaborar para que
Bolivia tenga un mejor acceso al mar”, Chile “no le debe nada” a su
vecino.
“Hay muchas cosas que podemos hacer juntos pero no
podemos llevar eso a equívoco porque Chile no le debe nada a Bolivia”,
dijo Moreno en una entrevista publicada por el diario santiaguino El
Mercurio.
“Creemos que es fundamental crear confianza, contar con
la voluntad de los gobiernos, las fuerzas políticas y los pueblos, pero
necesitamos hablar con claridad” pues “estamos iniciando un camino
positivo y basado en principios claros: el respeto a los tratados”,
añadió Moreno.
Estas declaraciones llevaron al gobierno de
Bolivia a la conclusión de que “pese al encuentro reciente de Morales y
Piñera, la relación bilateral se mantiene álgida”, según afirmó hoy ABI.
De
hecho, Morales las replicó explícitamente hoy: “No se puede entender
que algunas autoridades de la hermana vecina república de Chile nos
digan que Chile no tiene ninguna deuda con Bolivia”, subrayó.
A
juicio del mandatario boliviano, la postura de Chile, que alega la
intangibilidad del tratado de límites de 1904 que cierra la posibilidad
de ceder una salida soberana al mar a Bolivia, “es ignorar la historia” y
representa “una soberbia con el pueblo boliviano”.
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