La presidenta Dilma Rousseff afirmó hayer que combatirá "sistemáticamente" a la corrupción en el Estado, aunque aclaró que su agenda de transparencia no será confeccionada en base a las denuncias de la prensa. Mientras tanto, uno de los partidos aliados provocó un quiebre en la coalición oficialista en el Congreso.
"Nosotros vamos a combatir sistemáticamente la corrupción. El gobierno no abrazará ningún caso, pero el gobierno tampoco marcará su agenda por medidas mediáticas", dijo la mandataria.
Lo hizo luego de la llamada "limpieza" general en el Ministerio de Transportes, donde echó a 27 personas incluidos a un ministro, el hoy senador Alfredo Nascimento, titular del centroderechista y aliado Partido de la República (PR).
En el Senado, Nascimento reapareció y denunció la falta de apoyo por parte de Rousseff ante las denuncias de sobreprecios, sobornos y fraude en licitaciones registradas en la estructura del Ministerio de Transportes.
"Nuestro partido no es basura para ser barridos de la administración, somos honestos. Tengo la conciencia tranquila, seis años de ministro y el Partido de la República fue el primero en apoyar a Dilma. Dejé el cargo tras perder el apoyo de la presidenta", afirmó Nascimento, enojado con el gobierno federal.
Los senadores del PR anunciaron hoy que continuarán apoyando al gobierno pero que saldrán del bloque oficialista.
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