"Entiendo que las circunstancias de este caso han cambiado sustancialmente y estoy de acuerdo en que el riesgo de que no esté aquí (ante la Justicia) se han alejado bastante. Libero al señor (Dominique) Strauss-Kahn bajo su propia palabra". El anuncio del juez de Manhattan Michal Obus resonó en una audiencia sorpresa que duró sólo diez minutos pero que cambió el curso de una causa que sacudió al mundo de la política y las finanzas internacionales
La detención de Dominique Strauss-Kahn (DSK) el 14 de mayo pasado por un supuesto abuso sexual contra una mucama de un lujoso hotel de Nueva York generó conmoción en Francia, donde aparecía como el candidato con mayores chances de arrebatarle la presidencia a Nicolas Sarkozy el año próximo. Y causó un vendaval en el mundo de las finanzas porque por entonces era director-gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Apenas se conoció la denuncia, gran parte de los franceses opinaron que se trataba de un complot en su contra, que había caído en una "trampa".
Ahora, el vuelco judicial que dio la causa en Nueva York parece darles la razón. Los defensores de DSK creen que todo fue orquestado por sus adversarios políticos, aprovechando su conocida debilidad por las mujeres, que ya le había costado denuncias e investigaciones. Y hasta sospechan de la imparcialidad de la policía de Nueva York y de los vínculos entre los propietarios del hotel donde ocurrieron los hechos y las oficinas de la Inteligencia francesa.
Por eso, apenas DSK recuperó la libertad, casi la mitad de los franceses -mucho más tolerantes ante los escándalos sexuales que los estadounidenses o los británicos- se mostró favorable a que regrese a la escena política. Incluso los tres precandidatos socialistas a la presidencia gala, François Hollande, Segolene Royal y Martine Aubry se mostraron de acuerdo en aplazar la fecha límite de presentación de candidaturas, prevista para el 13 de julio.
fines de abril, Strauss-Kahn –por entonces la séptima personalidad más influyente del mundo, según "Time Magazine"– había adelantado su intención de competir por la Presidencia de Francia. "Seré candidato, es un deber en un país que va muy mal. En mí se reúne todo lo que los franceses buscan en un político: la competencia, la calma y la experiencia internacional", admitió ante periodistas del diario "Libération". Y les confesó que esperaba campañas sucias en su contra. "Mi judaísmo, las mujeres y el dinero" eran los temas que consideraba que podrían usar sus oponentes para perjudicarlo. "Me gustan las mujeres, sí. ¿Y qué? Desde hace años se habla de fotos de orgías descomunales, pero yo no las he visto nunca. Que las saquen...", desafió en esa comida con comunicadores.
Y como una profecía autocumplida, menos de un mes después una inmigrante guineana de 32 años denunció que la había obligado a practicarle sexo oral en una habitación del exclusivo hotel Sofitel de Manhattan, donde ella trabajaba como mucama.
Su inmediata detención, cuando estaba a punto de viajar a París en un asiento de primera clase, y el escándalo internacional que se generó, obligaron a DSK a renunciar a su cargo en el FMI cinco días después y a despedirse de su sueño presidencial.
Apenas se produjo la detención de Strauss-Kahn salieron a la luz otras denuncias presentadas en su contra en los últimos años por presuntos abusos e insinuaciones sexuales, que lo mostraban como un poderoso con impunidad absoluta frente a las mujeres.
Pero ahora todo parece haberse revertido y las acusaciones apuntan a la propia denunciante, una joven llamada Nafissatou Diallo que vive en una zona pobre del Bronx.
Varios diarios de Estados Unidos y de Francia, usando en general fuentes anónimas o vinculadas a la defensa de Strauss-Kahn, publican día tras día las contradicciones en el testimonio de la joven, su irregular solicitud de asilo en 2004 que podría costarle la expulsión del país, su presunto ejercicio de la prostitución en el hotel donde sucedieron los hechos y hasta sus posibles vínculos con actividades delictivas como el lavado de dinero y el tráfico de la droga.
El diario sensacionalista "New York Post" afirmó –citando fuentes allegadas a la defensa de Strauss-Kahn– que el ex titular del FMI y Nafissatou mantuvieron relaciones sexuales en la habitación 2806 del Sofitel y que ella esperaba dinero a cambio, pero él no se lo dio. Eso, supuestamente, motivó la denuncia. Pero esa información fue luego desmentida por los abogados Benjamin Brafman y William Taylor. "No hubo disputa entre las partes porque no hubo discusión sobre dinero", afirmaron en un comunicado.
Además, el diario –que tuvo la primicia del arresto de DSK– publicó este fin de semana que la mucama "hacía un doble trabajo como prostituta en el Sofitel: recogía propinas extraordinarias y no por llevar toallas extra, precisamente". Y asegura que hay un enorme malestar en el equipo del fiscal Cyrus Vance (h) porque "sabían que la mucama mentía y aun así siguieron adelante" con la causa. "The New York Times" coincidió en que hay "enormes tensiones" y "amenazas de renuncias" en la oficina de Vance.
Lo destacable en este caso es que un fiscal en Estados Unidos es una figura política que conduce una investigación judicial, lo que ha derivado en varias ocasiones en pruebas forzadas para conseguir acusaciones espectaculares sobre las cuales estos funcionarios construyen su carrera hacia el Congreso.
Entre el cúmulo de sospechas que recaen ahora sobre la acusadora, tal vez el punto más difícil de explicar sea una cuenta bancaria a su nombre donde se depositaron 100.000 dólares desde Arizona, Nueva York, Georgia y Pensilvania. A esto se suma una conversación telefónica que mantuvo 28 horas después del presunto abuso con un detenido por venta de marihuana en una cárcel para indocumentados de Arizona, precisamente autor de uno de los depósitos bancarios.
Sin embargo, estas cuestiones no son suficientes para descartar la denuncia por abuso. En ese sentido, el propio abogado de la víctima, Kenneth Thompson, se encargó de aclarar: "Les pregunté a los fiscales si mi representada se ha desdicho de la versión que dio sobre el ataque sexual y me contestaron que no", subrayó.
El abogado insiste en que se hallaron restos de semen de Strauss-Kahn en la habitación y en el cuerpo de Diallo, y asegura que también tiene informes médicos y fotos sobre los daños causados a la joven en la vagina y en el hombro.
-Kahn cosechó detractores y defensores a lo largo de sus años en la política francesa y en la gerencia del FMI. Fue calificado como un "chimpancé en celo" por Tristane Banon, una escritora y periodista francesa de 31 años que lo acusó de intentar abusar sexualmente de ella en 2003 durante una entrevista, cuando él era diputado. "Le di una patada. Me abrió el corpiño. Trató de sacarme mis jeans. Terminó muy mal", reveló la periodista cinco años después del presunto hecho. Los abogados de Banon confirmaron esta semana que demandarán a DSK aunque, en una rápida respuesta, sus letrados anticiparon que iniciará una querella por calumnias contra la novelista.
Pero para Michel Taubmann, autor de la biografía "La verdadera novela de Dominique Strauss-Kahn", se trata en realidad de "un seductor pero no un violador; un tipo transparente, que vive como respira".
"Enamorado a los 14 años y casado a los 18, padre de familia muy joven, absorbido por los estudios, el trabajo y la militancia, siempre fiel a su primera mujer, DSK no conoció las delicias de la soltería", escribió Taubmann. "Después llegó la treintena y descubrió su poder de seducción. Levantó la cabeza de los libros y descubrió un mundo lleno de mujeres hermosas", agregó el escritor, para intentar explicar cómo se transformó Strauss-Kahn en un mujeriego implacable .
Fuente GacetaMercantil
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