En busca de información sobre los linajes nativos americanos, africanos y europeos, y de otros grupos humanos de la sociedad argentina, investigadores de la Universidad Nacional de La Plata analizarán 1500 muestras de ADN de argentinos y argentinas. La investigación también contribuirá a ampliar el conocimiento de los perfiles genéticos de algunas enfermedades que afectan a la población del país.
Agencia CyTA – Instituto Leloir
Un total de 1500 muestras de ADN de personas de distintas regiones de la Argentina serán analizadas por la doctora Marina Muzzio, investigadora de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y científicos de otros países. Los resultados del proyecto son de interés antropológico y biomédico.
“Este tipo de estudios son importantes porque nos permiten reconstruir historias que durante mucho tiempo han sido negadas. Antes era común que se afirmara que los argentinos ‘descendemos de los barcos’, inclusive que todos los africanos traídos como esclavos habían muerto en la peste amarilla. Hoy, con estudios genéticos, sabemos que sobrevivieron muchos linajes africanos y que la amplia mayoría de nuestros linajes maternos son nativo americanos. Nuestro país es mucho más complejo que los relatos anteriormente construidos, y a través de este tipo de técnicas se puede dar sustento a voces que antes fueron silenciadas”, explicó a la Agencia CyTA la doctora Muzzio quien con sus 29 años recibió, junto a otros nueve investigadores de América Latina, una beca “Pew Latin American Fellows Program in the Biomedical Sciences” para realizar el estudio genético de poblaciones. Esta beca fue otorgada por un comité de expertos encabezados por el Premio Nobel de Medicina de 1981, Torsten N. Wiesel.
La beca le permitirá a la investigadora platense analizar 1500 muestras de ADN en el laboratorio de Carlos Bustamante en la Universidad de Stanford, en Palo Alto, California, en Estados Unidos. “Dada la complejidad técnica de este tipo de investigaciones y lo demandante que es el trabajo de campo para recolectar las muestras, el contacto entre grupos es fundamental en áreas como esta. Nuestros proyectos siempre incluyen la colaboración con otros investigadores de diferentes regiones del país y del exterior”, señaló la licenciada en Antropología y doctora Ciencias Naturales de la Facultad de Ciencias Naturales de la UNLP quien se desempeña como becaria posdoctoral del CONICET en el Instituto Multidisciplinario de Biología Celular.
Más allá de los tatarabuelos
El equipo argentino, en el cual participa actualmente la doctora Muzzio, estudia los linajes paternos (cromosoma Y) y los linajes maternos (ADN mitocondrial) de las muestras de ADN tomadas de 1500 personas de la Argentina.
“Estas vias de información (linaje paterno y materno) permiten describir la diversidad de las poblaciones criollas argentinas así como también identificar las proporciones de los componentes africanos, nativo americanos y europeos. Cuántos de nosotros tenemos ancestros de América, Europa o África, y si esta herencia proviene de nuestro lado paterno o materno. Comparamos estas proporciones entre distintas regiones del país, así como analizamos si existen diferencias en ambas líneas, ya que en general se plantea que el mestizaje en Latinoamérica se dio en forma sexo-asimétrica. Esto es, que como resultado de la compleja y violenta ‘Conquista de América’, las mujeres nativas sobrevivientes tuvieron descendencia con los llamados conquistadores europeos, quienes solían venir a estas tierras sin sus mujeres”, explica Muzzio. Y agrega: “Esta asimetría es visible con estos estudios genéticos, ya que en general se observa que la mayoría de los linajes maternos son originarios de América, mientras que la mayoría de los linajes paternos provienen de Europa y Medio Oriente. Por supuesto, esto no quiere decir que no encontremos linajes africanos en ambas líneas, ni que no haya linajes maternos europeos o paternos americanos, simplemente es lo que ocurre en la mayoría de los casos.”
Bajo la dirección de Bustamante -que dirige un laboratorio de investigación genética en la Universidad de Stanford-, Muzzio analizará más de 500 mil marcadores (regiones del ADN) distribuidos a lo largo de todo el genoma de las 1500 muestras recogidas.
“Los marcadores son pequeños sitios del ADN que pueden ser compartidos o no por personas o poblaciones”, indica Muzzio. Y continua: “Las principales diferencias con lo que hago en Argentina son por un lado el elevadísimo número de marcadores, ya que en La Plata trabajo con unos veinte. Estudiando el ADN mitocondrial y el cromosoma Y sólo tenemos información de dos de los cuatro abuelos de un individuo, pero con el estudio de los marcadores es posible ir más atrás en el tiempo y de ese modo obtener información de los bisabuelos (8 personas), tatarabuelos (16 personas), e incluso generaciones anteriores. Al trabajar con sitios en muchos lugares del genoma se puede conseguir información sobre todos estos ancestros que no se estudian con los métodos convencionales.”
Para organizar esa inmensa cantidad de información, Muzzio y sus colegas emplearán programas específicos de software para el análisis de datos genéticos. “Para el caso del proyecto que realizaré en Stanford, el volumen de datos es de tal magnitud que se deben emplear programas más nuevos y específicos, incluso parte del proyecto va a estar dedicado a desarrollar nuevos métodos de análisis”, señaló Muzzio quien junto a un equipo de científicos demostró recientemente las fallas de dos programas de software muy usados en investigación para el análisis genético de poblaciones. “Tenían un nivel de error elevadísimo. Simplificando se podría decir que acertaban menos que lo que uno acertaría si tira una moneda y trata de adivinar si será cara o cruz”, subrayó la investigadora platense. Los resultados de este estudio sobre software fueron publicados en la edición impresa de enero de 2011 de la revista International Journal of Legal Medicine.
De acuerdo con la antropóloga el estudio genético de poblaciones también es importante para la biomedicina. “Conocer la estructura genética de nuestras poblaciones permite mejorar el conocimiento de los perfiles genéticos de distintas enfermedades como Alzheimer, patologías coronarias y artritis reumatoidea, entre otras”, destacó Muzzio quien en 2010 puso en marcha, junto a colegas del país y del exterior, una revista online -International Journal of Bio-Anthropological Practice- donde se presentan y discuten trabajos sobre cómo se trabaja en antropología biológica. Durante su estadía en Estados Unidos, además de hacer ciencia, la doctora Muzzio seguirá escribiendo poemas –muchos de los cuales han sido publicados- y leyendo novelas de ficción. Recientemente publicó un libro titulado “Complexia” de la Editorial EDULP de la Universidad Nacional de La Plata, una ficción y una descripción del mundo a través de una deconstrucción de mitos, filosofía contemporánea y antropología.
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