Los dirigentes europeos aprobaron ayer jueves en Bruselas un segundo paquete de rescate para Grecia de casi 160.000 millones de euros con una importante contribución del sector privado, que fue recibido con entusiasmo por los mercados aunque aún pueda ser considerado como un default por las agencias calificadoras.
El nuevo plan, con vigencia desde 2011 hasta fines de 2014, busca hacer viable la deuda griega, extendiendo los períodos de vencimiento, reduciendo los intereses y contemplando nuevos mecanismos.
Las bolsas europeas, el euro y las cotizaciones de las obligaciones de los países más frágiles de la Eurozona saludaron por adelantado la perspectiva de un acuerdo, con importantes ganancias.
La cumbre fue convocada con carácter de urgencia, ante temores crecientes de que la crisis de la deuda, que ya obligó a rescates de Grecia, Portugal e Irlanda, se extienda a otros países de la Unión Monetaria, como Italia y España, obligadas en las últimas semanas a pagar tasas cada vez más insostenibles para financiarse en los mercados.
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"El acuerdo sobre Grecia rebajará la tensión y generará confianza", dijo el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
"Hemos decidido apoyar a Grecia en tanto que miembro del euro", señaló por su lado el presidente francés Nicolas Sarkozy. "Es un compromiso resuelto", agregó.
Según el comunicado adoptado por los jefes de Estado y de Gobierno de los 17 países de la zona euro, el monto total es de 158.600 millones de euros.
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Esa suma se articula en dos partes: 109.000 millones de euros en préstamos de la unión monetaria y el Fondo Monetario Internacional (FMI), y una contribución de 49.600 millones de los acreedores privados de Atenas.
El nuevo plan de rescate aumenta el plazo de reembolso de los préstamos concedidos a Atenas de los 7 años y medio actuales a por lo menos 15 años, e incluso 30. También reduce los intereses del 4,5% a 3,5%. Estas condiciones se aplicarán igualmente a Portugal e Irlanda, los otros dos países europeos a los que sus socios se vieron obligados a rescatar.
El primer ministro griego, Giorgos Papandreou, precisó que el nuevo paquete reduce en unos 26.000 millones de euros una deuda que de momento supera los 350.000 millones (más del 150% del PIB nacional). El recorte previsto de aquí a fines de 2014 equivale al 12% del Producto Interior Bruto griego.
El gran interrogante con la participación de los bancos es la reacción de las agencias de calificación.
Las opciones que se barajan son varias: canjear sus actuales bonos griegos por otros con vencimiento más tardío, invertir sus créditos a medida que vayan venciendo o vender sus bonos a un precio menor al que los adquirieron.
Dichas opciones implican pérdidas para los acreedores, por lo que las agencias de calificación podrían considerar la operación como una suspensión de pagos.
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El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, no descartó que Grecia sea considerada, al menos temporalmente, en situación de cesación de pagos. Según una fuente diplomática, esa situación podría durar apenas unos días.
"No quiero prejuzgar" lo que ocurrirá con la calificación de Grecia, ya que esa decisión corresponde a las agencias calificadoras, dijo Trichet.
Sin nombrar el término "default", el acuerdo limita veladamente esa eventualidad a Grecia, diciendo que si bien Atenas requiere "una solución excepcional y única", "todos los demás países de la Eurozona reiteran solemnemente su determinación inflexible en honrar totalmente su propia firma soberana".
Según el acuerdo, se amplían las competencias de la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF) para prevenir un eventual contagio a otros países como Italia y España.
El Fondo podrá comprar deuda pública a los inversores, para reducir el volumen de la deuda griega y proteger a los bancos expuestos.
El FEEF también podrá prestar dinero a los países de la Eurozona, incluyendo los que no están bajo un programa de rescate, para recapitalizar a los bancos más frágiles.
La UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya concedieron a Grecia en mayo del 2010 un primer crédito de 110.000 millones de euros, a cambio de un duro plan de austeridad, que ha sido insuficiente para poner fin a la crisis de la deuda.
Anticipando el acuerdo, las principales bolsas europeas registraron este jueves importantes ganancias. El euro aceleró su ascenso ante el dólar, alcanzando su nivel más alto desde el 6 de julio por encima de 1,44 USD.
Antes del anuncio del acuerdo, las tasas de los bonos griegos a diez años retrocedían por debajo de 16%.
El rendimiento del bono italiano a diez años bajaba a 5,334% frente a 5,587% el miércoles, y los de España retrocedían a 5,709% (5,963% el miércoles).
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