Quizás escribir sobre esto sea muy subjetivo y caiga en cursilerías. Pero a esta altura de mis años solicito se me permita una licencia para recordar lo bien que la pasé , la paso y pasaré con mis amigos.
Recuerdo con admiración los años de mi niñez donde comencé a descubrir el significado de tener amigos.
En el barrio donde nací y crié , humilde y carenciado materialmente , empecé a ver lo fácil que era vivir en esos años. Padre laburador madre autoritaria , hermanos más chicos, vecinos solidarios. Todos los días del año eran para divertirse y la palabra aburrido no existía en el lenguaje de aquel tiempo. Escuela, bolillas, trompos, volantines, la pilladita, la rayuela, la escondida, historietas, radio , cancha , pelota. Todo era compartido con amigos y amigas en un “lucha” cotidiana para gastar las energías que afloraban en cada juego. Todos éramos amigos.
Llegó la adolescencia cargada de hormonas y las amigas se transformaron en “novias”. Asaltos en las casas, bailes con mucho rock y twist , de vez en cuando una cumbia colombiana y mirada siempre al frente , nunca adelante o atrás. Los recuerdos y la nostalgia todavía no existían para mi y mis amigos..
La juventud me encontró buscando trabajo , tratando de estudiar en la facultad. Leyendo y comentando con los nuevos amigos las vicisitudes de la vida mezclado con el trabajo, las creaciones literarias de Cortázar, Borges, Mallea, Bioy Casares, Marx, Sastre. Ya El Tony, Fantasía, Patoruzito, El Eternauta, Tarzán o Supermán eran lecturas solo comentada con los amigos íntimos, no vaya a ser que te rotulen con algo que fuiste y ya no sos Vergüenza de boludo nomás, vió. Éramos muchos. Pero estaban los amigos esos que habían leído todo y por ahí nos tiraban letra para acercarse a algunas de las compañeras “politizadas”. Entre la secundaria y la frustrada facultad fue donde cultive a esos amigos que conocen todo de mí. Las alegrías y mis tristezas. Todavía están y nos seguimos escuchando.
Posteriormente vino el tiempo del horror , la angustia y el miedo. Los recuerdos por los que se fueron, quien sabe adonde , marcó con fuego el amor por el respeto al amigo. Algunos volvieron , otros quedaron en el recuerdo. Pero todos siguen siendo mis amigos. Aunque no los frecuente, aunque no nos “machemos” con ginebra pero si de vez en cuando lo hagamos con un vinito y los choris que el colesterol permite , mientras escuchamos a Duke Ellington, Serrat, Floreal Ruiz, Gardel, Stan Getz, Gal Costa, Los Trovadores, hablando de Fellini, Houston, Sofía Loren, Favio, los hermanos Cohen, Tarantino, la Jolie, Maradona, Messí, Daniel y Ermindo Onega, Pele, Amadeo Carrizo, Menotti, Sachi, Corbatta, Palermo, Kirchner, Cristina, Alperovich, Solanas, Macri y un montón de etcétera. Reuniones que son inyecciones de botox en el alma.
Tuve, tengo y seguramente tendré amigos. A todos los quiero, a todos los respeto, a todos los extraño, a todos les agradezco haberme confiado intimidades, pedirme opiniones, felicitarme en los cumples, alegrarse por mi y mis hijos. Que lindo es tener amigos. Gracias y Feliz Día a todos.
Daniel A. Villalba
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