La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, decidió echar del gobierno a ocho funcionarios del Ministerio de Transportes, eje de la reciente crisis de de corrupción y sobreprecios en obras públicas.
La mandataria le sacó así todo el poder al Partido de la República (PR), un aliado centroderechista que mantuvo el ministerio a raíz de los acuerdos políticos para conformar la mayoría oficialista.
Según se informó oficialmente, Rousseff echó a funcionarios
que respondían al ministro renunciado Alfredo Nascimento y
también a uno que había sido indicado por el Partido de los
Trabajadores (PT) de la propia presidenta.
La decisión fue tomada por Rousseeff luego de reunirse con el
ministro Paulo Passos, a raíz de las denuncia por desvíos de
dinero en contratos de obras públicas del Ministerio de
Transporte.
Los expulsados son José Osmar Monte Rocha, Darcy Michiles y
Estevam Pedrosa, Luiz Claudio dos Santos Vareja, Mauro Sérgio
Almeida Fatureto y Maria das Graças de Almeida.
También fue determinada la salida del director de Infraestructura Carretera, Hideraldo Caron, un hombre del PT.
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