Christine Lagarde, asumió este martes el cargo de directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) con la crisis financiera en Grecia en su agenda y planea ofrecer una rueda de prensa el miércoles.
Lagarde llegó este martes a las 09H00 (13H00 GMT) a la sede del FMI, donde fue recibida por su adjunto, el estadounidense John Lipsky, y el miembro más antiguo del Consejo de Administración, el egipcio Abdel Shakour Shaalan.
La conferencia de prensa está prevista para el miércoles a las 09H30 de Washington (13H30 GMT).
El FMI publicó su contrato de trabajo, que prevé un salario base de 467.940 dólares al año y un subsidio para gastos de representación (sin rendición de cuentas) de 83.760 dólares al año, lo que asciende a un total anual de 551.700 dólares.
En relación al contrato de su predecesor, Dominique Strauss-Kahn, acusado de delitos sexuales por la justicia de Nueva York, el Fondo define claramente los principios éticos que debe respetar su número uno. "Se espera de usted que observe las normas más elevadas de conducta ética, según los valores de integridad, imparcialidad y de discreción, esforzándose por evitar incluso la apariencia de algo inconveniente en su comportamiento", advierte el texto.
En lo que concierne específicamente a sus funciones, "le espera una agenda de trabajo intensa", había informado el FMI en un comunicado interno este martes, que destacaba, entre los temas más urgentes, "la difícil elección de las políticas necesarias para contribuir a la recuperación global (y) tratar la crisis de la zona euro". "La economía global está sacudida por la continua incertidumbre en Europa, las rebeliones en Oriente Medio, las señales de recalentamiento en algunas economías emergentes y la subida de los precios, que supone un reto particular para los países de bajos ingresos", explica el FMI.
Pero la crisis económica en Grecia eclipsa cualquier otra prioridad. De entrada, Grecia espera recibir 12.000 millones de euros (17.400 millones de dólares) de la Eurozona y el FMI hacia el 15 de julio, después de la aprobación de los ministros del quinto tramo de la ayuda prevista en el paquete de rescate financiero de 110.000 millones de euros (160.000 millones de dólares) acordado el año pasado.
Según el calendario de pagos acordado en mayo de 2010, la parte que deberá asumir el FMI para este nuevo tramo es de 3.300 millones de euros (4.700 millones de dólares).
A largo plazo, el FMI debe encontrar una manera de financiar un país que con toda probabilidad no será capaz de volver a los mercados de deuda a principios de 2012, como estaba previsto.
La situación parece más complicada de lo previsto. El plan para aliviar la carga de la deuda de Grecia, presentado por los acreedores privados franceses y actualmente a consideración de los negociadores europeos, recibió un serio golpe el lunes de parte de la agencia calificadora Standard and Poor's. Los analistas de la agencia afirman que las alternativas previstas en dicho plan "conducirán probablemente a una cesación de pagos según (sus) criterios", precisamente lo que los europeos tratan de evitar a todo precio, temiendo un efecto de contagio a otras economías frágiles de la zona euro, como Portugal e incluso España.
En esta crisis griega, Lagarde pasa prácticamente sin transición de un lado al otro de la mesa: del de la zona euro, como ex ministra francesa de Finanzas, al del FMI. Sin embargo, prometió tratar a los países de la Eurozona con el mismo rigor que al resto de los estados miembro. "El FMI no pertenece a nadie. Pertenece a los 187 miembros del Fondo, y la gestión del Fondo no pertenece a ninguna nación o región en particular. No podemos representar la balanza del poder económico mundial si algunas economías están subrepresentadas", dijo.
Lagarde dijo también que Grecia tiene que llevar a cabo ajustes difíciles y necesarios para restablecer la viabilidad de sus finanzas públicas y la competividad a su país. "Se trata del destino de un país, de su seguridad. Y creo que en ese sentido tenemos que olvidar las pequeñas y grandes diferencias políticas en beneficio del país".
La directora gerente dijo además que quiere asegurar la continuidad de la política de su antecesor en el cargo, Dominique Strauss-Kahn. Sin embargo, ambos proceden de escuelas distintas: Strauss-Kahn es un socialdemócrata, mientras que Lagarde es una "liberal moderada".
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