El ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso defendió ayer la apertura de los archivos de la dictadura militar, iniciativa que causó una polémica en el Congreso y dentro del partido oficialista.
"Es simple, yo creo que no se necesita tener sigilo eterno..no lo veo razonable..ahora con Wikileaks, con Internet el sigilo perdió sentido", dijo el ex gobernante, y presidente honorario del opositor Partido de la Socialdemocracia Brasileña, (PSDB, centro).
La mandataria Dilma Rousseff, ex presa política durante el
régimen militar que gobernó entre 1964 y 1985, se manifestó
recientemente a favor del fin del secreto eterno de los papeles.
Pero antes de ello, la ministra de Relaciones
Institucionales, Idelí Salvatti, había declarado que era
necesario mantener oculta alguna documentación, lo cual
suscitó cuestionamientos de legisladores del oficialista Partido
de los Trabajadores (PT,izquierda).
Cardoso recordó hoy que emitió un decreto para que los
archivos de la dictadura no sean expuestos al público, pero
explicó: "lo firmé sin tomar conocimiento en el último día de mi
mandato. Había una pila de papeles sobre el escritorio", el 31
de diciembre de 2002.
El ex mandatario, quien fue un crítico implacable del
gobierno del ex presidente Luiz Lula da Silva, del PT, dio
señales de acercamiento a la mandataria Rousseff.
La mandataria también tuvo gestos de cortesía con el dirigente del PSDB, a quien convidó a un banquete en homenaje al goberante norteamericano Barack Obama.
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