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AMPLIARGeorge Papandreou (I) y Jean-Claude Juncker el 3 de junio en Luxemburgo

Eurozona busca superar diferencias sobre cómo salvar a Grecia de bancarrota

Los ministros de Finanzas de la Eurozona buscaban este martes en Bruselas acercar posiciones sobre cómo involucrar a los acreedores privados en un nuevo plan de rescate para Grecia, al borde de la bancarrota un año después de beneficiarse de una primera ayuda internacional.

Grecia, cuya deuda soberana fue considerada el lunes por Standard and Poor's como la peor del mundo, necesita un segundo rescate para salir al paso de la crisis y si bien los países de la Eurozona se muestran dispuestos a arrimar el hombro, muchos reclaman una participación del sector privado.

"El gobierno alemán está dispuesto a participar en medidas suplementarias" dijo su ministro de Finanzas, Wolfgang Schauble, al llegar a la reunión en Bruselas convocada en el último momento para acelerar los preparativos del plan de ayuda.

Pero "una participación del sector privado será un componente" del programa, advirtió el ministro, cuyo país se resiste a aprobar otro rescate financiado únicamente con dinero público, después de los 110.000 millones de euros en préstamos que Europa y el Fondo Monetario Internacional (FMI) acordaron en 2010 para Grecia.

En concreto, Alemania aboga porque los acreedores privados, como bancos, aseguradoras, fondos de pensiones e inversiones acepten una moratoria de siete años sobre los vencimientos de la deuda, como parte de un paquete global en el que el FMI y la Eurozona volverían a prestar dinero.

©AFP / laurence saubadu

Evolución de la calificación de la deuda a largo plazo de las principales agencias de notación

Pero el Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea y Francia militan porque toda participación del sector privado se haga sobre una base voluntaria y evitar así dar la imagen de que Grecia no puede reembolsar su deuda, lo que podría desencadenar un terremoto en los mercados y sacudir a toda la zona euro.

El jefe de fila de los ministros de Finanzas de la Eurozona, Jean-Claude Juncker, aseguró el sábado que no "habrá una reestructuración total" de la deuda de Grecia, que equivale el 150% de su Producto Interior Bruto (PIB), sino una "reestructuración suave y voluntaria".

"Esperamos aunar para los griegos 25.000 millones de euros de manos de los bancos, aseguradoras (...), a quienes pediremos amistosamente que prolonguen los préstamos existentes", indicó por su parte el ministro belga de Finanzas, Didier Reynders, según quien el monto global de la nueva ayuda podría ascender a unos 80.000 millones de euros.

Aunque la Eurozona no se ha fijado ningún plazo para aprobar el nuevo rescate, se esperan avances significativos sobre todo en la próxima reunión de ministros de Finanzas prevista el lunes en Luxemburgo, que podrían ser avalados tres días después por los líderes de la Unión Europea en una cumbre en Bruselas.

El continuo deterioro de la situación financiera de Grecia llevó el lunes a la agencia de calificación Standard and Poor's a rebajar de tres escalones la nota de la deuda a largo plazo, de "B" a "CCC", con perspectiva negativa al considerar que Atenas corre un riesgo "aún más elevado" de suspensión de pagos.

Reflejo de la preocupación creciente de los mercados, las tasas de los bonos griegos registraron el martes un nuevo máximo histórico, por encima del 17%.

Sin embargo, Grecia logró captó 1.625 millones de euros a seis meses, a una tasa de 4,96%, en leve alza respecto a la obtenida en la última emisión similar hace un mes.

Aunque Grecia no consigue financiarse a largo plazo en los mercados debido a los tipos de interés prohibitivos de sus obligaciones a diez años, lanza de forma habitual emisiones para obtener créditos a corto plazo.