Tras una interminable serie de cruces que dejaron una vez más expuesta la dispersión del armado opositor, la semana concluyó con una frase atribuida al candidato presidencial radical, que él mismo salió presuroso a desmentir. Según la versión difundida, Ricardo Alfonsín había dicho que el acuerdo con Hermes Binner estaba “en la cuerda floja”.
Colaboradores del candidato presidencial se apuraron a desmentir esa frase a través de su cuenta de Tweeter, y a transmitir a los medios que esas palabras no habían salido de la boca del hombre de Chascomús. Ignorando desde donde había surgido, evitaron la difusión de un comunicado oficial que le hubiera dado más entidad a la especie.
Igual, al cabo de la catarata de declaraciones provenientes de uno y otro sector, semejante declaración no parecía agravar una relación que a esa altura parecía estar en terapia intensiva y al que una voz importante como la del jefe del bloque radical del Senado, Gerardo Morales, había poco menos que desahuciado un día antes, al especular que el esquema “Alfonsín-Binner” estaba “terminado”.
Fue la culminación de una serie de imponderables que se acumularon las últimas semanas, revirtiendo el panorama venturoso con el que se había ilusionado Alfonsín, tras las sucesivas renuncias a ser candidatos de Julio Cobos y Ernesto Sanz. Debe estar arrepintiéndose hoy el hijo del ex presidente radical de haberse alegrado por el levantamiento de la interna partidaria del 30 de abril con el senador Sanz, que le hubiera dado al radicalismo mayores bríos y aires democráticos con los que siempre hicieron alarde.
Concluidas las primarias santafesinas y airoso como resultó el gobernador socialista, esperaban poder anunciar esta misma semana la fórmula presidencial para disputarle la presidencia a CFK en octubre -ya nadie tiene dudas de que irá por la reelección-. Ante la reticencia esbozada por los socialistas, como antes había sucedido con el GEN, Ricardo Alfonsín resolvió llamarse a silencio, aunque ya no pueda irse a un retiro en Entre Ríos como hiciera semanas atrás con la supuesta intención de dejar el cigarrillo. Resolvió no hacer ya el debate por los medios y dejar la disputa de partido a partido.
Para eso se prevé la realización este martes de una reunión de la cúpula radical, donde esperan tomar una decisión institucional, plasmada a través de un documento. “Si no quieren, no quieren, pero no podés estar dudando”, deslizó contundente una fuente del partido centenario consultada por parlamentario.com.
La UCR insistirá en lo que queda de estas negociaciones con la argumentación de que el acuerdo con Francisco de Narváez “está pensado para la provincia de Buenos Aires y no afectará lo nacional”. Lamentan que esa negociación les haya costado dejar el Acuerdo Cívico y Social al borde de la extinción, con el PS y el GEN más afuera que adentro, pero asumieron los riesgos por motivos eminentemente pragmáticos. Un candidato radical no podía tener aspiraciones a ganar si no contaba con posibilidades de hacer un buen papel en la provincia de Buenos Aires. Y Margarita Stolbizer, más allá de la buena imagen que tiene, no remontaba en intención de voto.
Empero, la discusión con las huestes narvaístas no está definida. Si bien esta semana el peronista disidente admitió abiertamente que “mi candidato presidencial es Alfonsín”, aclaró que a partir de lo que pueden aportarle, piensan dar “un acompañamiento protagónico”. Eso parece mucho más de lo que el radicalismo admite estar dispuesto a dar. Es que las fuentes consultadas por parlamentario.com insistieron en limitar el acuerdo a colgar de la boleta el nombre de Francisco de Narváez, reticentes incluso a unificar las listas legislativas. Mucho menos están dispuestos a diagramar estrategias en conjunto a nivel nacional, y remarcan que han tenido y tienen diferencias en muchas otras cuestiones, que van desde la relación con otros países a las políticas económicas.
Si por el radicalismo fuera, querrían limitar la discusión con De Narváez a cloacas y asfaltos en el Conurbano… Pero no es lo que dicen en el armado narvaísta, donde tienen una hipótesis “de máxima” que incluiría el armado conjunto de listas legislativas a nivel nacional y provincial, y hasta en las intendencias, respetando en cada una la preeminencia que cada partido tenga. “No queremos ser una lista de adhesión”, aclaró una alta fuente consultada. Y habló también de no circunscribir el acuerdo a la provincia, sino discutir también puntos programáticos del plan presidencial.
Desde el radicalismo son reticentes. El pragmatismo tiene un límite y aclaran por lo bajo que el líder de Unión Celeste y Blanco “quiere convertirse en una especie de broker del voto peronista no kirchnerista”, y no se muestran dispuestos a conceder tanto.
Pero más molestos están con sus socios históricos. Aclaran que en el GEN, donde han sido más duros, hay dirigentes más abiertos al diálogo. Citan por ejemplo al ex intendente de Bahía Blanca Jaime Linares, actual diputado provincial, pero lo contraponen con el diputado Gerardo Milman, portavoz partidario, que se ha mostrado incluso más propenso a arreglar con Proyecto Sur. “Personalmente te dicen una cosa, y en los medios hablan otra; y ahí no hay vuelta atrás”, aclaran desde la UCR.
Algo similar le atribuyen al gobernador Hermes Binner, al que afirman haber escuchado en privado expresiones más complacientes y su deseo de participar de “una fórmula ganadora”. Empero, el gobernador socialista está acotado por su propio partido, y los del distrito bonaerense parecen ser los más firmes en oponerse a un acuerdo que incluya al peronismo disidente. “¿Pero cuántos son los socialistas bonaerenses?”, desdeña un dirigente radical atribulado por las cuitas partidarias ajenas.
Igual, ven a Binner con poco margen y el arma mortal en su contra es la elección para gobernador del 24 de julio. Su delfín, Antonio Bonfatti, va con un 30% de radicales en sus listas; de 40 intendencias que posee el Frente Progresista, 35 son radicales que apoyan a Alfonsín, advierten desde la UCR. El propio compañero de fórmula de Bonfatti es radical. “El 30 o 40% del bonfattismo es radical”, enfatizó un dirigente de la UCR consultado por parlamentario.com al advertir que lo que decida el PS puede hacerles perder la provincia.
Alentado desde su propio partido y otros aliados de centroizquierda, a Binner lo seducen con encabezar su propia fórmula presidencial. Pero el gobernador ha aclarado que no quiere “jugar a dos puntas”. Lo más probable entonces es que el socialismo termine haciendo juegos distintos a nivel distrital -en Córdoba y Capital Federal van con Proyecto Sur, en Santa Fe con la UCR- y se abstenga de presentar candidato presidencial. Esa decisión menguará sus posibilidades de acrecentar su caudal en el Congreso, pero se ve difícil hoy a Binner confrontando abiertamente con los radicales.
El narvaísmo espera expectante. Las negociaciones siguen limitadas a segundas líneas y no quieren ahora tensar la cuerda. Pero “si se pudre todo”, aclaran que no hay plan B. En ese caso, irán con “boleta corta”, sólo con candidatos a gobernador, legisladores provinciales, intendentes y concejales.
José Angel Di Mauro( Parlamentario.com)
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