El sábado a las 11 en el Primer Piso del Centro Cultural "Flavio Eugenio Virla" se interpretará en primera audición los Cuartetos Opus 125 correspondiente al Nº 10 en Mi bemol Mayor D87 y Nº 11 en Mi Mayor D353 de la "Obra Integral de Cámara para Cuerdas de Franz Schubert".
En esta oportunidad los intérpretes serán Franco Ruiz Falci e Isabela Mercedes Lemos en violines, Marina Jara en viola y Valeria Buriek Parés en violonchelo. El Concierto se reiterará el mismo día a las 18.30 horas en el "Centro Cultural Rougés" . En todos los casos la entrada es libre y gratuita y contará con los comentarios del Mtro. Julio Lazarte.
En 1820 Schubert escribió la música para el melodrama "El arpa encantada", y "Los hermanos gemelos" (1820), un singspiel (tipo de ópera alemana con partes recitadas) que no tuvo demasiado éxito. También compuso música religiosa como los "Veintitrés Salmos" y el oratorio incompleto "Lazarus". Al año siguiente compuso la "Sinfonía Inconclusa", y la Misa en la bemol. El ciclo de canciones "La bella molinera" lo compuso en 1823, y el Octeto y las Canciones de Sir Walter Scott en 1824. Durante los dos años siguientes Schubert compuso la Sinfonía nº 9 en do mayor, conocida como "La grande" (1825) y el ciclo de canciones El viaje de invierno (1827). De 1828 son la Misa en mi bemol mayor, el Quinteto para cuerda en do mayor, las tres últimas sonatas para piano y el último grupo de canciones "El canto del cisne", editadas tras su muerte.
Las primeras obras instrumentales de Schubert, aunque siguen los patrones de Wolfgang Amadeus Mozart y Josef Haydn, son consideradas románticas por las nuevas sonoridades y la riqueza armónica y melódica. En las primeras sonatas intentó conseguir un estilo propio, al huir de la influencia de Ludwig van Beethoven. Aunque en su estructura, las sinfonías y las sonatas toman la forma clásica, en su desarrollo, no recogen la tensión dramática que caracteriza la sonata clásica, sino que las armonías evocadoras y la amplitud de la melodía adquieren el papel principal. Su escritura instrumental evolucionó a lo largo de su vida, pero algunas de sus mejores canciones las compuso antes de los veinte años. En ellas el texto y la música se encuentran perfectamente equilibradas en una armonía tanto intelectual como emocional. Aunque escribió canciones estróficas, no se limitó a unos patrones preestablecidos, sino que dio con nuevas e imaginativas formas de adecuar la música a los textos. Su reputación como padre del Lied alemán se basa en las más de seiscientas canciones que compuso
En Viena Schubert llevó una vida bohemia rodeado de intelectuales, amante de las tabernas y de los ambientes populares, alejado de los salones y de la etiqueta nobiliaria. De este entorno procede el famoso término de schubertiadas: reuniones de artistas de todos los ámbitos que formaban un círculo brillante y animado dedicado a la música y a la lectura.
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