Mas de 15.000 estudiantes protestaron ayer en Santiago y varios miles más en ciudades del sur y norte de Chile, en el marco de un paro nacional universitario que pide mejorar la calidad de la educación y el financiamiento para que los institutos estatales puedan competir con los privados.
En la capital se unieron a la protesta estudiantes secundarios (de enseñanza media) y profesores, y un acto de cierre en la Plaza Almagro se suspendió debido a desmanes y a la represión de la policía antimotines, que detuvo al menos a 18 jóvenes.
En Concepción marcharon 8.000 estudiantes y también hubo
cuatro manifestantes arrestados.
Camila Vallejo, presidenta de la Federación de Estudiantes de
Chile, declaró que el sistema de educación superior "está mal en
su estructura" y que hay que atacar "el problema de raíz".
Según la dirigente, la protesta fue transversal e incluyó a
estudiantes de universidades privadas, porque "no están de
acuerdo con que se lucre con sus deudas, que son insostenibles,
ni tampoco con que no se les permita organizarse y participar".
El rector de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la
Educación, Jaime Espinoza, justificó la protesta y sostuvo que
"las universidades del Estado están debilitadas en su
funcionamiento por la escasez de recursos y por la
competitividad extrema con los privados".
Joaquín Lavín, ministro de Educación, dijo no tener problema con las manifestaciones "si son pacíficas", y agregó que "el llamado que hay que hacer ahora es al diálogo y a buscar consensos".
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