a primera celebración del Día del Derecho a la Recuperación Marítima, centrada en La Paz, el viernes, marcaba una nueva etapa en las oscilantes relaciones de Bolivia y Chile, álgidas desde fines marzo último cuando el gobierno de Evo Morales anunció su decisión de recurrir a tribunales internacionales para zanjar el diferendo marítimo y luego que el de Sebastián Piñera advirtiera que la soberanía chilena es intangible.
Tras un lustro de diálogos sin resultados concretos, pero que aproximaron a dos países que por poco más de 130 años vivieron de espaldas, con apenas relaciones protocolares, la administración Morales ha instituido el Día del Derecho a la Recuperación Marítima que tendrá epicentro en el estadio Hernando Siles, de La Paz.
Al acto, que presidirá el gobernante boliviano Evo
Morales, asistirán el senador chileno Ernesto Navarro, y los
emblemáticos conjuntos chilenos Inti Illimani y Los Miserables.
También conjuntos folclóricos bolivianos.
"El acto forma parte de una política del Estado anunciada por el
presidente Evo Morales Ayma el pasado 23 de marzo para dar mayor fuerza
a la reivindicación marítima de Bolivia", anotó el ministro de
Comunicación Iván Canelas.
El conjunto de los hermanos Coulon, Inti Illimani, manifestó por
anticipado que la actuación en Bolivia es algo consecuente con su
"trabajo artístico e histórico".
Lo mismo aseguraron integrantes de Los Miserables, blanco de críticas incluso en foros y redes sociales en Chile.
Tras el anuncio de Morales, el 23 de marzo último, de apelar a la
justicia mundial en procura de obtener una salida propia al Océano
Pacífico, la palabra "diálogo" es la más pronunciada en las
cancillerías de La Paz y Santiago, pero no salta la barrera del verbo.
Mas, como lo anota un diario boliviano, ninguno de ambos da el primer paso, en una partida de ajedrez diplomática.
Los cancilleres de Bolivia, David Choquehuanca, y de Chile, Alfredo
Moreno han llamado al diálogo para hallar solución a una cartera de
diferendos binacionales, entre los más prominentes la centenaria
demanda marítima boliviana y las aguas manantiales del Silala que
nacidas en territorio boliviano fluyen a Chile hace 105 sin
compensación, y el internacional Río Lauca, que La Moneda desvió
unilateralmente en 1962, cuando los vínculos diplomáticos volvieron a
quebrarse, como la gran mayoría del siglo XX.
Sin conceder un milímetro en su política de Estado de no ceder
soberanía, Chile se pronunció por mantener el diálogo bilateral y
evitar el terreno multilateral -donde ya sostiene un litigio con Perú
por aguas territoriales- como vía para solucionar la histórica
controversia.
Por su parte, Bolivia desahució el diálogo bilateral por lo
inconducente de las conversaciones con Chile, entre 2006 y 2010 y ahora
prepara el proceso judicial, lo más probable ante la Corte
Internacional de La Haya.
La decisión de Bolivia de denunciar a Chile por una salida soberana
al mar Pacífico y de sostener, en paralelo, su vocación para dialogar
para alcanzar acuerdos sobre los bofedales del Silala y el Río Lauca,
generó reacciones encontradas en los poderes en Santiago.
La diputada oficialista Mónica Zalaquett, con voluminosos negocios
en joyería en La Paz, calificó de "simplemente ridícula" la pretensión
marítima de Bolivia.
Su correligionario senador Jaime Orpis instó a Bolivia a renunciar
a una salida soberana al mar si sus autoridades apreciaran la
habilitación de un puerto en la caleta de Pisagua, episodio último en
la marejada de propuestas que se ha formulado en la historia de décadas
y rispideces chileno boliviana y que en 2009 llevó a dos arquitectos
trasandinos a plantear la construcción de un kilométrico túnel desde
territorio boliviano hasta la costa chileno peruana, cosa de no afectar
la frontera entre ambos países.
Los diputados Zalaquett y José Manuel Edwards, miembros de la
Comisión de Asuntos Extranjeros del Congreso de Chile, fustigaron la
postura boliviana de apelar a tribunales internacionales por una salida
marítima, por un lado y, por otra, buscar un acuerdo sobre las aguas
dulces por conducto de la conversa.
El nuevo escenario surgía en desmedro de la Agenda de los 13
puntos, que incorporó la demanda marítima y las aguas del Silala y que
La Paz y Santiago negociaron durante 5 años y también de los
inacabables cabildeos entre 1904, cuando se firmó en circunstancias
particulares de presión militar el Tratado de Paz y Límites que
sentenció a Bolivia a su encierro geográfico de más de 130 años, y 2005.
Aliados contra Chile, Bolivia y Perú resignaron territorios tras la decimonónica guerra del Pacífico a favor del primero.
Bolivia perdió todo su litoral, 400 km lineales de costa sobre el Pacífico, y 120.000 km2 de territorios en el Atacama.
A su vez Perú cedió las provincias de Iquique y Arica, que marca,
esta última, la frontera con Chile, también conocida, entrada ya en
aguas marinas, como la Línea de la Concordia, justo por donde Bolivia
aspira a fluir al Pacífico.
Encerrada en el corazón geográfico desde 1879, Bolivia demanda a Chile una salida soberana al Pacífico.
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