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AMPLIARVillalba en la Misa Crismal

"El sacerdote debe ser hombre de oración"

El arzobispo de Tucumán, monseñor Luis Héctor Villalba, aseguró ayer que “para vivir nuestro sacerdocio, hace falta la oración. El sacerdote debe ser un hombre de oración y contemplación. La oración es tarea esencial del sacerdote”. Asimismo, consideró que “además de ser hombre de oración, el sacerdote, como Jesús, debe ser maestro de oración. Debemos enseñar a rezar a nuestros fieles”, porque, afirmó.

Al presidir la Misa Crismal en la catedral local, el prelado tucumano recordó que “Dios es lo primero, lo más importante. La oración despierta el sentido de Dios, que es necesario para que las cosas alcancen su verdadera dimensión. La oración es el medio necesario para renovar nuestro encuentro personal y para crecer en la amistad con el Señor”.

     “La oración forma parte de nuestra caridad pastoral. La fecundidad del apostolado viene de la oración. “La oración da alegría, serenidad, equilibrio, libertad interior, firmeza y suavidad. Debemos dar espacio y tiempo a la oración. Debemos buscar lugares y momentos de oración”, subrayó.

     Tras señalar que “como Jesús, el sacerdote debe rezar siempre y en circunstancias especiales. Debe rezar, como lo hacía Jesús, por sus necesidades”, sostuvo que “también debe rezar en las tentaciones, en las dificultades, como hizo Jesús”, porque “la oración nos fortalece”.

     “Como Jesús, debemos orar no sólo por nuestras necesidades, sino también por los demás, por nuestras comunidades”, agregó.

     El arzobispo tucumano insistió en que “la oración fecunda nuestra oración apostólica. Oramos por la Iglesia, por nuestras comunidades, por las intenciones y problemas que nos preocupan, por las vocaciones sacerdotales, como también por las necesidades de todo el mundo: la evangelización, las misiones, la paz, la justicia, la reconciliación”.

     No obstante, consideró que “además de ser hombre de oración, el sacerdote, como Jesús, debe ser maestro de oración. Debemos enseñar a rezar a nuestros fieles. Ellos también nos dicen a nosotros: ‘Enséñanos a orar’”, y aseguró que “hay un ansia de oración, aun en medio del secularismo”.

     “La oración comunitaria, hecha con fe, es el lugar de la presencia del Señor. Hay una estrecha relación entre oración y comunidad. La oración es una fuerza que hace construir la comunidad y, por otra parte, una verdadera comunidad cristiana tiene necesidad de encontrarse en la oración”, indicó.

     Por último, monseñor Villalba indicó que “tenemos necesidad de oración, de oración profunda” y recordó un momento de la vida del futuro beato Juan Pablo II que, aseguró, “siempre me impresionó”: “Juan Pablo II inauguró su pontificado el domingo 22 de octubre por la mañana, con una solemne celebración en la Plaza de San Pedro. Por la tarde, fuera de programa, fue en peregrinación al santuario de Nuestra Señora de las Gracias que está a 1.200 metros de altura y a unos 40 kilómetros de Roma. Allí el Papa estuvo un rato en oración. Al salir se dirigió a la gente que se había reunido y les dijo que durante sus viajes a Roma visitaba con frecuencia ese lugar y que ahora quiso volver para orar “porque la oración es la primera tarea y como el primer anuncio del Papa, del mismo modo que es el primer requisito de su servicio a la iglesia y al mundo”.

Texto completo de la homilía